A pesar de que las autoridades conocen los detalles del crimen, aún no hay capturados por el asesinato y desmembramiento del biólogo italiano en Santa Marta.

Han pasado casi dos meses desde que los restos del biólogo italiano Alessandro Coatti fueron hallados en bolsas negras, esparcidos en distintos puntos de Santa Marta. La ciudad no olvida. La opinión pública tampoco. Y aunque las autoridades colombianas, con apoyo de investigadores italianos, ya lograron establecer el lugar del crimen, el móvil y los posibles responsables, lo cierto es que nadie ha sido capturado.

El caso que estremeció a Colombia e Italia comenzó con un engaño: Coatti fue contactado a través de una aplicación de citas LGBTI y llevado hasta una casa del barrio El Pando. Allí fue drogado con una sustancia que lo dejó indefenso. El objetivo, según las investigaciones, era robarle. Pretendían acceder a sus cuentas bancarias bajo presión. Pero el plan se salió de control y el químico suministrado le habría provocado la muerte. Después, vino lo peor: su cuerpo fue descuartizado.

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Lo nuevo que se sabe del caso

La verdad de lo que pasó, se comenzó a descubrir cuando un extranjero, involucrado en el traslado de las bolsas con partes del cuerpo de Coatti, decidió entregarse a las autoridades. Según su testimonio, actuó bajo amenaza y presiones, y pidió protección a cambio de colaborar. Reveló detalles claves del crimen, incluyendo la ubicación exacta de la vivienda donde ocurrieron los hechos y la identidad de los autores materiales.

Gracias a su declaración, los investigadores lograron reconstruir buena parte del crimen. Descubrieron que los presuntos responsables abandonaron Santa Marta poco después del asesinato, evadiendo el cerco policial. Desde entonces, no se sabe con certeza dónde están.

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Cuando la Policía confirmó que tenían a una persona bajo indagación, se referían a este testigo extranjero. Él no es el asesino, pero fue pieza clave para desentrañar la brutal muerte del científico italiano. Su colaboración permitió avances importantes, pero no suficientes para que haya detenidos.

Hoy, la familia de Alessandro Coatti y la comunidad internacional siguen esperando justicia. Mientras tanto, los responsables de su asesinato continúan prófugos. Y Santa Marta sigue siendo el escenario de uno de los crímenes más atroces y aún impunes del país.