
Adolescente de 17 años fue asesinada a golpes por su pareja
El feminicidio de la joven estremece a Buenaventura. La adolescente fue asesinada a golpes en el barrio Caldas el Día de la Madre. Su familia clama justicia y que el crimen no quede impune.
El lunes 12 de mayo amaneció con una noticia desgarradora para los habitantes de Buenaventura. En lugar de flores y abrazos, el Día de la Madre terminó con un grito silenciado: el de Sandra Sofía Espinosa Sinisterra, una joven de tan solo 17 años, asesinada a golpes presuntamente por su pareja, en una vivienda del barrio Caldas.
La noticia corrió rápido por las calles del puerto, estremeciendo a vecinos, familiares y a una comunidad entera que no encuentra una explicación.
“Acabaron con la vida de una niña. 17 años tenía mi hija. En repetidas ocasiones la había golpeado”, lamentó su madre, cuyo rostro aún reflejaba incredulidad y dolor.
Las primeras horas del lunes fueron confusas. Algunos residentes del sector dijeron haber escuchado gritos de auxilio en la madrugada. “Como a las 11 y pico me llamaron a decirme que él le estaba pegando. Yo traté de venir, pero no pude, y hoy a las 6:00 de la mañana me encuentro con la noticia de que está muerta”, contó la madre, devastada.
Sandra había hablado con ella un día antes. Iban a celebrar el Día de la Madre juntas, pero decidió quedarse en casa con su hermana. Esa fue la última vez que su madre la escuchó con vida.
El mayor Francisco Aristizábal, comandante de la Policía de Buenaventura, confirmó que el cuerpo de la joven presentaba múltiples golpes en el rostro y otras partes del cuerpo. Fue encontrado sin vida dentro de la vivienda por las patrullas de vigilancia que acudieron al llamado de alerta.
La familia exige que el responsable pague con todo el peso de la ley. “Que ese desgraciado pague todo lo que le hizo, porque fue él el que la mató”, exclamó la madre.
Mientras se adelantan las investigaciones y las autoridades intentan dar con el paradero del agresor, Buenaventura se solidariza con la familia de una joven que apenas comenzaba a vivir.
Este nuevo caso de feminicidio vuelve a poner en evidencia la urgencia de medidas efectivas para proteger a las mujeres en riesgo y para actuar a tiempo frente a las señales de violencia. La comunidad exige que la muerte de Sandra no sea una más en la estadística, sino el detonante para un cambio que evite que otras niñas, adolescentes y mujeres sufran el mismo destino.
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