
Alcaldía avanza con apuesta a la desalinización para generar agua y acabar negocio de carrotanques
En medio de una crisis histórica por el desabastecimiento de agua potable, la Alcaldía de Santa Marta busca soluciones en el modelo de plantas desalinizadoras. Una delegación distrital viajó a España para conocer tecnologías que podrían marcar el punto de quiebre en la tragedia del agua.
Como es ya sabido, durante décadas, a Santa Marta le ha tocado mendigar el agua. La ciudad vive una tragedia repetida: barrios enteros sin una sola gota por días, mientras camiones cisterna —operados por mafias que se lucran del desespero— recorren las calles como reyes de un negocio sucio. Hoy, han surgido desde la administración distrital varias alternativas y una de las que toma cada vez más fuerza es la implementación de plantas desalinizadoras para aumentar las fuentes hídricas que alimenten los hogares samarios.
El gobierno de Carlos Pinedo Cuello ha puesto sobre la mesa esta solución que hasta hace poco parecía lejana. Se trata de una alternativa técnica que busca potabilizar el agua del mar para alimentar el acueducto distrital y romper con décadas de abandono, negligencia y corrupción.
“El gran reto de esta administración es darle agua a Santa Marta”, ha repetido el alcalde en cada escenario público.

De las promesas a la exploración técnica
El Distrito, invitado por el Ministerio de Vivienda, participó en una jornada académica en España para conocer de cerca cómo operan las plantas desaladoras.
En representación de la ciudad viajó el gerente de Infraestructura, Luis Felipe Gutiérrez, quien durante varios días recorrió centros de tratamiento en Alicante, Mutxamel y otras regiones pioneras en la desalinización.
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“Tuvimos la oportunidad de conocer cuatro sistemas. Alicante I y II, por ejemplo, producen en conjunto más de 122 mil metros cúbicos de agua al día”, explicó Gutiérrez. “Este aprendizaje será clave para guiar los procesos técnicos y contractuales de las plantas que queremos construir en Santa Marta”, añadió.
El conocimiento adquirido no es menor. Se abordaron detalles como el uso de membranas, recuperación de energía, y tratamiento ambiental para evitar que el proceso afecte la fauna marina. Todo esto alimentará los estudios de prefactibilidad que ya están en marcha.

Las mafias del agua que secan la ciudad
El propio presidente Gustavo Petro se refirió recientemente al drama samario en un consejo de ministros: “El problema más grande de Santa Marta es que no hay suficiente agua, y ahí es donde aparecen las mafias del carrotanque”, dijo.
Petro no solo respaldó la instalación de plantas desalinizadoras como solución técnica, sino que denunció cómo ciertos grupos han obstaculizado los intentos por resolver el problema, lucrándose con el desespero ciudadano.
Y tiene razón. En Santa Marta, el agua dejó de ser un derecho para convertirse en mercancía. Mientras los acueductos fallan y los ríos se agotan, cientos de familias dependen de costosos carrotanques. Los mismos que, según denuncias, son manipulados por redes ilegales.

¿Una solución definitiva?
El plan contempla la construcción de dos plantas: una para Santa Marta y otra para Taganga. Actualmente el proyecto está en fase de prefactibilidad, bajo el liderazgo del Ministerio de Vivienda, la Superintendencia de Servicios Públicos, el Viceministerio de Agua, la CRA y la Alcaldía. Se espera que en los próximos meses se definan estudios y diseños, y posteriormente se pase a licitación y construcción.
La ejecución de estas obras será clave para garantizar acceso sostenible al agua potable en el mediano y largo plazo. También marcará un antes y un después en una ciudad golpeada por la sed, el abandono institucional y la corrupción.

El reto del siglo XXI
El proyecto se alinea con los objetivos estratégicos del Plan de Desarrollo “Santa Marta 500 Más”, que en medio de la conmemoración de los 500 años de la ciudad busca transformar su infraestructura básica. Pero la historia juzgará a esta administración por su capacidad de materializar la solución.
Santa Marta no necesita más discursos ni más excusas. Necesita agua. Y la necesita ya. Por eso, el camino que empieza a recorrer la Alcaldía con estas plantas puede ser el inicio de un cambio real o, si falla, otra promesa enterrada en la arena.
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