
Vigilante del hostal Costeño Beach murió ahogado cuando compartía con turistas en playa cercana al Tayrona
Había terminado su jornada y decidió integrarse con huéspedes extranjeros dándose un baño que terminó en tragedia.
La tarde avanzaba sin complicaciones en Costeño Beach cuando Andrés Bello Castiblanco, de 36 años y oriundo de Boyacá, terminó su turno como vigilante. Como era habitual, conversó un rato con algunos huéspedes extranjeros con los que había hecho amistad en los últimos días. El ambiente relajado lo motivó a quedarse un poco más.
En medio de la charla, quiso sorprenderlos. A pesar de conocer perfectamente los riesgos del oleaje en esa franja de playa cercana al parque Tayrona, decidió meterse al mar. Entró confiado, saludando desde la orilla, dando indicaciones como solía hacerlo con los turistas.
Pero apenas unos minutos después, la corriente lo tomó de sorpresa. Las olas lo arrastraron mar adentro sin darle tiempo de reaccionar. Sus compañeros y los visitantes alcanzaron a verlo luchar unos segundos antes de que desapareciera entre el oleaje.
Cuando el mar lo devolvió, ya no había nada que hacer. Lo sacaron a la arena e intentaron reanimarlo desesperadamente, pero Andrés no respondió. Para cuando llegó la ambulancia, estaba sin signos vitales.
En el hostal, su muerte dolió. Lo describen como un trabajador apreciado, disciplinado y querido por turistas y compañeros. Su intención de relajarse después del turno terminó convertida en una tragedia que recuerda, una vez más, la peligrosidad de esas aguas que no perdonan un solo descuido.
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