Unión sancionado con derrota 0-3, cierre de tribunas y más de $42 millones en multas


La Dimayor sancionó al club samario con la pérdida del partido contra Once Caldas, cierre parcial del estadio y multas millonarias, tras los graves disturbios protagonizados por sus hinchas. El equipo también cayó 3-1 ante Tolima y sigue sin rumbo en su regreso a la A.

Al Unión Magdalena no le sale nada bien este año. Las derrotas se suman a las frustraciones, y el descontento en la hinchada ya no solo se expresa en redes o en las gradas: ha llegado hasta el césped, con consecuencias que hoy se sienten dentro y fuera del camerino bananero.

El viernes pasado, mientras el equipo sufría otra caída más —esta vez 3-1 contra Deportes Tolima—, también se conocía el castigo de la Dimayor por los bochornosos hechos del fin de semana anterior en Santa Marta. La entidad rectora del fútbol colombiano fue contundente: Unión pierde por escritorio el partido ante Once Caldas con marcador de 0-3, y deberá pagar más de $42 millones en multas, además de jugar tres partidos sin público en las tribunas norte y sur del estadio Sierra Nevada.

La escena del desastre se vivió en el minuto 79 de aquel partido contra el equipo de Manizales. La frustración estalló cuando un grupo de hinchas invadió la cancha desde las tribunas. Hubo gritos, empujones, golpes, y hasta agresiones al técnico rival y a un joven recogebolas. La imagen de un club desbordado, sin control ni rumbo, quedó en evidencia frente a todo el país.

La respuesta de la Dimayor no se hizo esperar. El Comité Disciplinario fue claro: la invasión al campo rompió el reglamento y comprometió la seguridad. Unión Magdalena no solo pierde los puntos que ya tenía perdidos en lo deportivo (el marcador original iba 0-1), sino que carga con un marcador oficial más abultado y la vergüenza de ser noticia por violencia, y no por fútbol.

Como si no fuera suficiente, las declaraciones del presidente del club solo avivaron la polémica. En lugar de condenar los actos violentos, el dirigente atacó al técnico rival —a quien llamó “mañoso”— y sugirió restringir el ingreso al estadio solo a familias, como si el problema fuera de perfil de público y no de gestión institucional.

Mientras tanto, los resultados deportivos siguen siendo el reflejo de una estructura quebrada. La derrota ante Tolima, otra más en la lista, dejó claro que la estrategia, la nómina y el liderazgo del equipo han sido erráticos desde el regreso a la primera división. Hoy, el Unión no solo se hunde en la tabla: también lo hace en credibilidad.

El próximo domingo 18 de mayo, Unión Magdalena recibirá al América de Cali en un Sierra Nevada herido y a medio llenar. Solo podrán entrar los aficionados ubicados en las tribunas oriental y occidental. La esperanza de un mejor resultado parece lejana, y la pregunta inevitable flota en el ambiente: ¿cuánto más puede aguantar este equipo sin tocar fondo?


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