La pequeña fue alcanzada por una bala perdida durante un atentado sicarial contra su padre en Palmira, municipio del Valle del Cauca. Tras cuatro días luchando por su vida en un hospital, falleció. El presunto agresor, un menor de 17 años, fue capturado por la Policía.

Palmira, municipio del departamento del Valle del Cauca, está de luto. Julieta, una bebé de apenas dos años, perdió la vida en un hecho que ha estremecido a toda Colombia. La pequeña fue víctima de una bala perdida en un ataque sicarial cuyo blanco era su padre. El atentado ocurrió el pasado fin de semana en el barrio El Sembrador, comuna 7 de la ciudad.

Julieta se encontraba junto a su papá cuando un sicario disparó contra él. Una de esas balas impactó a la niña, hiriéndola gravemente. Ambos fueron trasladados de inmediato a un centro médico, donde los médicos lucharon durante cuatro días por salvarle la vida. El jueves 29 de mayo, su corazón dejó de latir.

La noticia de su fallecimiento fue confirmada por sus familiares a través de redes sociales. Su madrina escribió un mensaje desgarrador: “Tengo el alma en pedazos. Fuiste tan fuerte, mi niña. Ve con papá Dios. Gracias por tanto, mi bebé”.

Detrás de esta tragedia, hay una historia de violencia que continúa repitiéndose en distintas regiones del país: ataques directos que terminan cobrando la vida de inocentes. En este caso, Julieta fue alcanzada por una bala que no era para ella, sino para su padre.

Gracias a la rápida acción de la Policía Nacional, el presunto autor del atentado fue aprehendido poco después del hecho. Se trata de un adolescente de 17 años, a quien se le incautó un revólver calibre 38, con el que, al parecer, cometió el ataque.

El crimen no solo ha causado dolor entre los allegados de Julieta, sino también una profunda indignación en la ciudadanía.

Julieta no tenía nada que ver con el conflicto que le arrebató la vida. Era una niña que apenas comenzaba a descubrir el mundo.