
Tragedia en quinceañero: joven bailó con la cumplimentada y su novio celoso lo mató a machetazos
El hombre de 23 años, fue atacado por un grupo de adolescentes de 15 y 16 años. Vecinos intentaron salvarlo, pero murió camino al hospital.
La música aún sonaba en la fiesta cuando la tragedia se desató. Por la absurda razón de haber bailado con la quinceañera, Yorlebinson Oviedo Jiménez, de 23 años, fue rodeado y atacado a machetazos por un grupo de adolescentes en Piedecuesta, Santander. Minutos después, la celebración quedó bañada en sangre.
La víctima nunca imaginó que un gesto inocente de cortesía lo pondría en la mira del novio adolescente de la homenajeada. La escena se convirtió en una emboscada: varios jóvenes de 15 y 16 años lo persiguieron y, sin darle oportunidad de defenderse, lo acuchillaron hasta dejarlo malherido.
Una fiesta convertida en funeral
El ataque ocurrió a las afueras de la vivienda donde se celebraban los 15 años. Testigos aseguran que Yorlebinson intentó alejarse, pero fue alcanzado por los agresores. Los invitados, aterrados, huyeron en medio de los gritos.
“Él iba caminando solo cuando de repente le llegaron varios jóvenes y a él no le dio tiempo de defenderse”, relató un vecino que presenció la escena.
Los asistentes llamaron a la Policía, pero la ayuda tardó en llegar. Fueron los propios vecinos quienes cargaron al joven herido y lo trasladaron a un centro de salud. Allí, los médicos confirmaron lo inevitable: las heridas eran mortales.
El dolor de la familia
La noticia destrozó a la familia Oviedo. “Mi hijo era un joven de bien, él fue invitado al quinceañero sin pensar lo que iba a ocurrir. Le arrebataron sus sueños de manera cruel”, expresó entre lágrimas el padre de la víctima.
En la casa donde hace unas horas había música y baile, ahora hay silencio y luto. La familia insiste en que la muerte de Yorlebinson no puede quedar impune y exige que los responsables, aunque sean menores de edad, enfrenten la justicia.
La Fiscalía ya abrió una investigación y busca identificar plenamente a los responsables. Mientras tanto, Piedecuesta suma otro caso al listado de muertes que dejan en evidencia cómo la intolerancia sigue matando jóvenes en el país.
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Yorlebinson, según su familia, soñaba con un futuro tranquilo. Nunca pensó que asistir a una fiesta de 15 años sería su última salida.
El baile que comenzó como un gesto de cortesía terminó siendo la sentencia de muerte para un joven que ahora solo es recordado en fotos y recuerdos. La fiesta se acabó, la música calló, y lo que queda es un pueblo indignado que se pregunta cómo un simple baile pudo acabar en un crimen atroz.
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