Los dos motociclistas quedaron tendidos en el piso hasta que llegaron otras personas para brindarles ayuda. El cuerpo de la mujer quedó totalmente destrozado.
La carretera entre el municipio de Fundación y Santa Rosa ha sido testigo de muchas historias de lucha, esperanza y tristeza, pero pocas tan desgarradoras como la que vivieron Minellys Semeco Reyes y su esposo en la Troncal del Oriente. La pareja viajaba en su motocicleta, un viaje rutinario de regreso a casa, cuando una tractomula se cruzó en su destino y los embistió sin piedad, dejándolos a su suerte en el pavimento.
El impacto fue devastador. Minellys, abogada venezolana de 48 años que había llegado a Colombia en busca de una nueva vida, perdió la suya en un instante.
Su esposo, con el cuerpo herido y el alma rota, ahora lucha por sobrevivir en una cama de hospital.
La tragedia fue doble: no solo les arrebataron a Minellys, sino que la persona responsable huyó del lugar sin mirar atrás, dejando a la pareja herida, con su moto destrozada y sus sueños desvanecidos.
Minellys, una mujer alegre, extrovertida y sociable, era conocida y querida por quienes la rodeaban. Había dejado su país natal, Venezuela, impulsada por la difícil situación económica y con la esperanza de construir un futuro mejor en Colombia.
La vida en esta nueva tierra no fue fácil, pero ella había logrado ganar el cariño de la gente de Fundación con su carácter afable y su disposición para ayudar a los demás.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de lamento y solidaridad cuando se supo la noticia de su muerte.
«Era una gran persona», «Siempre tenía una sonrisa para todos», «Le gustaba ayudar a los demás» fueron algunas de las frases que, entre lágrimas, sus amistades compartieron.
Minellys no solo era una profesional comprometida, sino también una amiga leal y una compañera de vida que buscaba sacar adelante a su familia en medio de la adversidad.
Ahora, el vacío que deja su partida se siente en cada rincón. Su esposo, aún hospitalizado, no solo lucha por su vida, sino que lleva la carga de haber perdido a su compañera en circunstancias tan trágicas y absurdas.