Terror en la madrugada: joven fue torturado y asesinado frente a su hermano en Santa Marta

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Los hermanos salieron de fiesta en Guacamayal y fueron invitados a continuar en Santa Marta, pero en el camino fueron secuestrados. A Brayan lo torturaron y ejecutaron, mientras que su hermano fue liberado y logró alertar a su familia.

La madrugada de este domingo, las autoridades reportaron el hallazgo sin vida de Brayan Miranda  en una trocha del sector de Los Lirios, en la vereda Don Jaca, área rural de Santa Marta. 

Atado de manos con alambre de púas y con varios disparos en su cuerpo, su asesinato fue la macabra conclusión de una noche que comenzó como una simple salida con su hermano.

La invitación que se convirtió en una sentencia de muerte

Brayan y su hermano habían salido de fiesta en Guacamayal, corregimiento del municipio de Zona Bananera, Magdalena. 

Entre música y tragos, disfrutaban de la noche sin imaginar que sería la última para uno de ellos.

Alrededor de las 10:30 p.m., recibieron una llamada de un primo. Los invitaba a seguir la fiesta en Santa Marta. Aceptaron. Tomaron su motocicleta y emprendieron el camino hacia la ciudad, sin imaginarse la emboscada mortal que les esperaba.

A la entrada de Don Jaca, fueron interceptados por una camioneta que les cerró el paso abruptamente. De ella descendieron varios hombres armados. No hubo tiempo para reaccionar. Los obligaron a subir al vehículo, arrebatándoles cualquier esperanza de escape.

Un asesinato a sangre fría

Lo que ocurrió después es un relato de horror contado por el único testigo: el hermano de Brayan. 

Tras un recorrido en medio de la oscuridad, la camioneta se detuvo en una zona apartada. Allí, los agresores desataron su furia sobre Brayan. Lo amarraron con alambre de púas y lo torturaron sin piedad. Su hermano, impotente, fue obligado a presenciar cada golpe, cada grito de dolor, cada súplica.

El final fue inevitable. Frente a su propio hermano, Brayan fue ejecutado de varios disparos. Su cuerpo, ya sin vida, fue lanzado a un costado de la trocha.

Los asesinos, como si se tratara de un macabro juego, voltearon a mirar al sobreviviente y le dijeron con voz fría: «Corre, si no quieres acabar igual.»

Sin mirar atrás, corrió con el alma en los pies. Llegó hasta un billar en Don Jaca, donde encontró refugio y pudo llamar a su familia para contar lo ocurrido.

El hallazgo del cuerpo de Brayan ha dejado consternada a la comunidad de Zona Bananera. Sus familiares claman justicia, mientras las autoridades intentan reconstruir el crimen y dar con los responsables de un asesinato que parece tener tintes de ajuste de cuentas.

Brayan, quien se desempeñaba como vigilante, ahora se suma a la creciente lista de víctimas de la violencia que azota a la región.

La familia llora su partida y su hermano intenta asimilar el horror de aquella noche, una pregunta queda en el aire: ¿Quién ordenó su muerte y por qué?