Los dos hombres fueron sorprendidos por dos sicarios en moto mientras tomaban cerveza en el barrio La Milagrosa.

La tranquilidad del barrio La Milagrosa se rompió en segundos. Eran cerca de las nueve de la noche del domingo cuando el sonido de los disparos se impuso sobre el murmullo de la calle. 

En la terraza de una casa, Eliécer Martínez Coronel y su sobrino Dayro Martínez quedaron inmóviles, aún sentados en las mismas sillas donde compartían unas cervezas minutos antes.

Los vecinos escucharon el rugir de una motocicleta que se acercó sigilosamente. Dos hombres bajaron y sin decir una palabra abrieron fuego contra los dos familiares. Eliécer murió en el acto. Dayro, gravemente herido, fue llevado al hospital, pero no resistió.

Desde entonces, el dolor y la impotencia se han apoderado de la familia. “No entendemos qué pasó, quiénes eran, por qué lo hicieron”, murmura entre lágrimas una pariente cercana, mientras los vecinos, aún conmocionados, recuerdan con incredulidad lo sucedido.

La terraza donde ocurrió el crimen sigue intacta, con las sillas vacías como un mudo testigo del horror. La luz amarillenta del bombillo sigue encendida, como si esperara que Eliécer y Dayro volvieran a ocupar sus lugares. Pero ellos no regresarán.

La Policía ha iniciado las investigaciones, pero hasta ahora no hay capturas ni certezas. El barrio La Milagrosa, que antes solo conocía la rutina tranquila de sus habitantes, ahora suma a su historia una tragedia que nadie podrá olvidar.