
Tate quieto a las chivas rumberas escandalosas en Santa Marta
El Dadsa, con apoyo de la Policía, Secretaría de Movilidad y Sayco & Acinpro, suspendió temporalmente varios vehículos por superar los niveles permitidos de sonido y no cumplir con la documentación exigida. La entidad advirtió que las sanciones continuarán.
Las llamadas chivas rumberas, que circulan cada noche por las calles de Santa Marta convertidas en fiestas móviles, están en el centro de la polémica.
Equipadas con potentes sistemas de sonido, luces y pasajeros en su mayoría turistas bajo efectos del alcohol, estos vehículos se han vuelto un dolor de cabeza para la comunidad, que denuncia constantemente la contaminación auditiva y el desorden que generan.
En respuesta a las quejas, el Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa) lideró un operativo de control en varios puntos estratégicos de la ciudad. El procedimiento contó con el acompañamiento de la Policía Metropolitana, la Policía de Turismo, la Secretaría de Movilidad y representantes de Sayco & Acinpro, en el marco del Plan de Descontaminación por Ruido.
Durante la jornada, los funcionarios verificaron que varios vehículos superaban los niveles sonoros establecidos en la Resolución 0627 de 2006 y no cumplían con la documentación exigida para circular. Como resultado, varios fueron objeto de suspensión temporal y medidas preventivas.
La directora del Dadsa advirtió que los controles se intensificarán, sobre todo en temporada alta, cuando la circulación de chivas es mayor. “Es inadmisible que sigan circulando vehículos en estas condiciones. Hemos sido insistentes con los llamados de atención y las multas, pero el compromiso debe partir de quienes prestan este servicio”, señaló.
La entidad también recordó que la reciente Ley 2450 de 2025 refuerza las medidas contra la contaminación auditiva, lo que obliga a los operadores de estos vehículos a cumplir estrictamente las normas.
Con esta intervención, las autoridades buscan frenar una problemática que ha desatado incomodidad en barrios residenciales y zonas turísticas. “El objetivo es proteger la salud auditiva de residentes y visitantes y garantizar la convivencia en la ciudad”, agregó el Dadsa en un comunicado oficial.
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