Su hija de 13 años desapareció y falso policía que le prometió ayuda para encontrarla la estafó


La adolescente de 13 años, lleva varios días desaparecida en Corozal. Su madre, destrozada por la incertidumbre, cayó en manos de un estafador que se hizo pasar por policía y le pidió dinero para supuestamente dar con el paradero de la menor.

Desde el viernes en la mañana, la vida de Yulieth Pérez Palencia está detenida. Su hija, Sharol Sofía Lozano Pérez, de apenas 13 años, desapareció sin dejar rastro después de salir de su vivienda en el barrio Villa Rosita. Desde entonces, la angustia ha crecido cada hora, cada minuto, cada segundo.

“Yo salí temprano a hacer unas diligencias. Le dejé el desayuno servido y antes de las 10:30 a. m. hablé con ella por teléfono. Le pregunté si había comido y me dijo que sí”, recuerda Yulieth, con la voz quebrada por el dolor. Esa fue la última vez que supo algo directamente de su hija.

Al regresar a casa, encontró todo como lo había dejado, menos a Sharol.

Salió a buscarla entre vecinos y conocidos, y fue entonces cuando escuchó versiones que aumentaron su desesperación: algunos dijeron haber visto a la menor subirse a una moto con un hombre, otros aseguran que la vieron con una mujer.

Lo que más atormenta a Yulieth es que su hija no es de salir sola, ni de relacionarse fácilmente. “Mi niña no va ni a la tienda. Siempre está en su cuarto, escuchando música. No es de andar en la calle”, repite como quien se aferra a una verdad para entender lo que parece incomprensible.

Una estafa cruel

El dolor de una madre buscando a su hija puede hacerla vulnerable, y alguien lo aprovechó. Tras poner la denuncia ante la Policía, Yulieth fue contactada por un hombre que dijo tener información clave sobre el paradero de la menor.

Se presentó como un colaborador de la institución, con supuestos vínculos internos que le permitirían encontrar a Sharol más rápido.

Desesperada, Yulieth escuchó cada palabra. El hombre le exigió una suma de dinero como “recompensa” por la información que aseguraba tener. Prometió entregar detalles, pistas y contactos. Sin pensarlo dos veces, la familia se movilizó, recogió el dinero y lo entregó.

Después de la transferencia, el silencio. El hombre desapareció. No volvió a contestar llamadas ni mensajes. Era una estafa. La madre no solo seguía sin saber dónde estaba su hija, sino que ahora también se encontraba sin recursos y con una herida más abierta.

“Nos quitaron la esperanza. Jugaron con el dolor que uno tiene. No sé cómo hay gente capaz de aprovecharse de una situación así”, dice Yulieth, sin poder contener el llanto.

La Policía, que ya tiene en sus manos el número de celular desde el cual se realizó el engaño, adelanta investigaciones. También continúa recabando testimonios de vecinos y familiares para reconstruir los últimos movimientos de la menor.

Sharol cursa séptimo grado y, según todos los relatos, es una niña tranquila, tímida y reservada. Su desaparición ha estremecido a Corozal y generado una ola de solidaridad, pero también de indignación por el actuar del estafador que aprovechó la situación.

Yulieth aún guarda la esperanza de volver a ver a su hija con vida. A pesar del engaño y de la incertidumbre, no se rinde. “Mi hija no se fue porque quiso. Alguien se la llevó. Y no voy a descansar hasta encontrarla”.


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