
Su casa se quemaba y ella solo pudo llorar, grabar y dar gracias por estar viva
Manuela Blanco, conocida como “La Reina” en el corregimiento de Candelaria, grabó con su celular cómo las llamas destruían su vivienda. Estaba en casa de su hija cuando le avisaron que su rancho ardía. Al llegar, ya no había nada que salvar. Su imagen con el teléfono en la mano, llorando frente al fuego, conmovió al pueblo.
Con el celular temblando entre sus manos y una lágrima que no paraba de rodar por su rostro, Manuela Blanco grabó el momento exacto en que su vida se reducía a cenizas. Su casa, su refugio, su “rancho”, como ella le decía, ardía sin que nadie pudiera detenerlo. No había bomberos, no hubo tiempo. Solo fuego, dolor y una mujer de pie frente a la tragedia.
Manuela estaba en casa de su hija, por casualidad, cuando ocurrió todo. Fue en la noche del martes, en el corregimiento de Candelaria, jurisdicción de Cerro de San Antonio. Una llamada le rompió el alma: “Tu casa se está quemando”. Corrió, desesperada, esperando que fuera un malentendido. Pero al llegar, vio su casa ardiendo y lo único que pudo hacer fue grabar.

La imagen de ella, conocida como “La Reina” por los vecinos del pueblo, se volvió viral en grupos de WhatsApp y redes sociales. De pie, impotente, filmando con su celular cómo las llamas destruían lo poco que tenía. No gritó. No cayó al suelo. Solo grabó y lloró.
Se salvó de milagro. Si hubiese estado en casa, la historia sería otra. Las autoridades aún investigan si el incendio se originó por un corto circuito o alguna falla eléctrica. Pero el daño ya está hecho: no quedó nada. Todo se perdió.
Manuela es una mujer muy conocida y querida en Candelaria. Por eso, su tragedia se sintió como propia entre los vecinos. Rápidamente comenzaron a circular cadenas de ayuda y mensajes de solidaridad. Nadie entendía cómo una mujer que siempre tendía la mano a otros, ahora tenía que grabar su desgracia con el celular porque no había nada más que pudiera hacer.
Lea también: En casa era Orlandito, en la calle era el ‘Niñón’: lo mataron frente a su familia.
El fuego no solo quemó su techo y sus pertenencias. Le arrancó la estabilidad, la calma, la seguridad de saber que tenía un lugar al cual regresar. Hoy, Manuela Blanco está en la calle. Pero está viva. Y tiene un pueblo entero dispuesto a ayudarla.
Esa noche no hubo gritos, solo lágrimas. Y una imagen que quedó en la memoria de todos: una mujer grabando con su celular cómo el fuego se llevaba su vida entera.
PAUTE
AQUÍ
420 px x 450 px
INFO AQUÍ
