Sicario ingresó a barbería y asesinó a uno de los trabajadores en Las Malvinas


El pistolero llegó de parrillero en una moto y sin darle tiempo de reaccionar a su víctima la atacó hasta derribarla al piso. Posteriormente huyó sin problemas.

El barrio Las Malvinas, en la Avenida del Río, se transformó en una escena de horror y luto cuando sicarios en moto irrumpieron en una barbería para acabar con la vida de uno de sus trabajadores.

El reloj marcaba las 2:40 p.m. aproximadamente cuando Jhonatan Lizardo, conocido en la zona por su talento con las tijeras y su trato amable, atendía con normalidad su jornada laboral. Sin embargo, su rutina fue interrumpida de forma brutal cuando dos hombres llegaron en una motocicleta y uno de ellos ingresó directamente al local.

Jhonatan, confiado y desprevenido, no tuvo tiempo de reaccionar. En cuestión de segundos, el sicario desenfundó un arma de fuego y le disparó a quemarropa.

Los impactos, dirigidos al cuello y la cabeza, lo dejaron gravemente herido. Su cuerpo cayó al suelo mientras los clientes y compañeros que estaban en la barbería observaban aterrorizados.

El asesino huyó de inmediato, subiendo a la motocicleta que lo esperaba afuera. Los testigos, aún en shock, intentaron auxiliar al joven barbero, llevándolo de urgencia a la clínica Los Nogales. Pese a los esfuerzos médicos, Jhonatan perdió la batalla contra las heridas minutos después de ingresar al centro asistencial.

El ataque ha dejado al barrio Las Malvinas sumido en el temor y la indignación. «Era un joven trabajador, no entiendo por qué alguien querría hacerle esto», expresó un vecino que conocía a la víctima desde su infancia. Las autoridades han iniciado una investigación para determinar los móviles del crimen y dar con el paradero de los responsables, quienes escaparon sin dejar rastro.

Mientras la comunidad pide justicia, el recuerdo de Jhonatan Lizardo como un hombre dedicado a su oficio y comprometido con su familia queda en la memoria de quienes lo conocieron.

Su muerte se suma a la creciente ola de violencia que azota la ciudad, poniendo nuevamente en el foco la seguridad en los barrios populares.

Por ahora, la barbería permanece cerrada, convertida en un símbolo del dolor de una comunidad que despide a uno de los suyos.


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