La Defensoría confirmó que seis menores murieron en un operativo militar contra las disidencias de las FARC y advirtió reclutamiento forzado. Petro lamentó las muertes, pero aseguró que el bombardeo evitó una emboscada contra soldados.

La muerte de seis menores durante un bombardeo militar en zona rural del Guaviare desató una nueva confrontación nacional: mientras la Defensoría del Pueblo advirtió posibles violaciones al Derecho Internacional Humanitario, el presidente Gustavo Petro defendió la operación asegurando que evitó una emboscada contra tropas jóvenes.

La Defensoría confirmó que entre los muertos había niños, niñas y adolescentes presuntamente reclutados de forma forzada por las disidencias de las FARC bajo el mando de alias Iván Mordisco. En el sitio también fueron hallados otros cuatro cuerpos sin identificar.

Para el organismo, el operativo reabre un punto no negociable: aun en medio de la guerra, la protección de la niñez es obligatoria.

El informe del ente de control fue tajante. Señaló que el reclutamiento es un crimen de guerra y recordó que los menores, incluso cuando se encuentran en campamentos armados, mantienen una protección reforzada. Por eso pidió a la Fuerza Pública evaluar los métodos utilizados, prevenir daños desproporcionados y frenar la práctica de usar a niños como escudos humanos, atribuida a estructuras disidentes que operan en la zona.

Lo que dijo Petro

La reacción presidencial llegó rápido y sin evasivas. Petro lamentó lo ocurrido, pero justificó su decisión. Aseguró que, según inteligencia militar, los 150 hombres de Iván Mordisco se preparaban para emboscar a un grupo de soldados jóvenes. Su argumento fue directo: la operación se ordenó para evitar una masacre.

“Es lamentable toda muerte y más la de menores de edad”, afirmó el mandatario, “pero si no autorizaba la acción, hoy me estarían criticando por dejar emboscar a los soldados”. Petro dijo haber asumido el riesgo para proteger vidas y señaló a las disidencias como principales responsables por reclutar niños y ponerlos en medio de la confrontación.

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La Defensoría insistió en que su tarea no es certificar la legitimidad del operativo, sino recordar que el principio de humanidad es innegociable, incluso en escenarios de guerra.