El joven conocido como el Daga, había desaparecido de su casa. Su familia lo buscaba con angustia, pero la noticia que recibieron fue la peor: lo asesinaron con tiros en la cabeza en una trocha del barrio Cristo Rey, en Santa Marta.

Jesús Daniel Coronado Galván salió de su casa con un bolso y algo de ropa. No dijo nada. Vestía una camisa blanca y un short de jean. Desde entonces, nadie volvió a verlo. Su abuela, con la que vivía, estaba intranquila: lo buscó, preguntó por él y pidió ayuda para encontrarlo.

Este domingo , la llamada que más temía llegó. Le avisaron que el cuerpo de su nieto estaba tirado en una trocha del barrio Cristo Rey. Había sido asesinado con varios disparos en la cabeza.

Vecinos de la zona fueron los primeros en ver el cadáver ensangrentado en medio del camino. Nadie escuchó disparos, nadie dijo haber visto algo. Lo único que quedó claro fue que a Daniel lo llevaron hasta allí y lo ejecutaron.

Las autoridades confirmaron que la víctima fue atacada a tiros y que el crimen guarda relación con las disputas violentas que han convertido las trochas de Santa Marta en escenarios de muerte.

El dolor de la abuela

Hasta el lugar llegó la abuela de Daniel, desconsolada, sin entender lo que pasaba. Horas antes todavía guardaba la esperanza de encontrarlo con vida. En cambio, lo halló muerto, rodeado de policías y curiosos.

A Daniel lo conocían como el Daga. Versiones preliminares apuntan a que tenía problemas y que planeaba huir de la ciudad para evitar una represalia. Pero no alcanzó: sus verdugos actuaron primero y lo asesinaron.

La Policía abrió una investigación para establecer quiénes lo mataron y por qué. Mientras tanto, en Santa Marta se repite el mismo patrón: hombres llevados hasta las trochas, ejecutados y dejados a la vista. Otro homicidio que engrosa las cifras de violencia en la ciudad.