Era una madre luchadora de Plato que se radicó en Medellín para mejorar la vida de sus hijos, fue hallada muerta en Guarne, Antioquia, tras varios días desaparecida. Su pareja fue el último en verla. 

Milanis Ester Almendrales Medina salió de su pueblo con la esperanza de cambiar su suerte. Quería trabajar, reunir dinero y asegurar un mejor futuro para sus hijos. Pero su historia terminó convertida en tragedia: ocho días después de ser reportada como desaparecida, fue hallada muerta, en estado de descomposición, en una zona boscosa de Guarne, Antioquia.

La noticia cayó como una bomba en su tierra natal. Nadie en Plato puede entender cómo una mujer alegre, espontánea, carismática y querida por todos, terminó con la vida apagada de forma tan cruel.

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La última noche

Su compañero sentimental, Jhon Jairo Reyes Miranda, fue el último que la vio con vida y quien dio aviso de su desaparición a las autoridades.

Según su testimonio ante la Personería de Guarne, esa noche –domingo 6 de julio– habían salido juntos a una discotecaen la vereda Chaparral. Compartieron unas cervezas, pero discutieron. Él decidió irse. Ella se negó a acompañarlo.

“Me dijo que se quedaba, que se podía defender sola. Yo me fui porque tenía que trabajar al otro día. La llamé en la mañana y el celular timbró una vez y lo apagaron. Después regresé a la casa y no estaba”, relató.

Asegura que preguntó en la discoteca y le dijeron que Milanis había salido en una moto rumbo a la autopista. Desde entonces, no volvió a saber de ella. Dijo también que ella tenía en su poder su teléfono, billetera y documentos.

Una mujer que se hacía notar

En Plato, todos recuerdan a Milanis como una mujer auténtica. Le decían “Patricia Teherán” por su parecido físico con la cantante y por su amor por la música vallenata y las rancheras. Era de esas que, con un parlante en la puerta y cerveza en mano, montaba su propia tarima con cualquier canción.

“Milanis era buena gente, de esas mujeres que saludaban a todo el mundo y que se ponía los zapatos del mismo color de las pintas de la blusa. Muy viva, muy coqueta, muy de su casa”, recuerda una vecina de infancia.

Era espontánea, alegre, escandalosa. Nunca pasó desapercibida. Tampoco se rendía. A pesar de los tropiezos, siempre decía que iba a salir adelante por sus hijos. Por eso decidió irse a Medellín, y luego a Guarne, buscando mejores ingresos.

Una tragedia sin respuestas

Ahora su familia solo tiene preguntas. Nadie sabe quién le hizo daño. Nadie entiende qué pasó entre la discusión con su pareja y el momento en que su cuerpo fue hallado sin vida en una zona rural.

“Ella era una mujer luchadora. No tenía enemigos. No era perfecta, pero era una madre buena, con ganas de vivir”, dijo un primo en medio del dolor.

Las autoridades avanzan en la investigación. Quieren establecer si murió en medio de un acto violento y quién pudo estar involucrado.

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La justicia no puede tardar

Mientras el cuerpo de Milanis es velado en Plato, el clamor es unánime: que su muerte no quede impune. La comunidad exige justicia por una mujer que lo dejó todo por sus hijos y terminó asesinada lejos de casa.

“Que esto no sea otra cifra más. Milanis tenía nombre, tenía sueños, tenía vida. Alguien tiene que pagar por lo que pasó”, afirmó un líder comunitario.