Se durmieron con el carro encendido y el gas del motor los mató


Belkis Hernández, de 22 años, y Cristopher Madrigal, de 25, fueron hallados sin vida dentro de un vehículo. La causa: intoxicación por monóxido de carbono tras quedarse dormidos con el motor encendido.

Un hecho lamentable estremeció al municipio de Ticuantepe, en Nicaragua. Dos jóvenes fueron encontrados muertos en el interior de un automóvil que permanecía estacionado en el reparto Juan Ramón Padilla desde la noche anterior.

Se trataba de Belkis Junieth Hernández Ramírez, de 22 años, y Cristopher Gabriel Madrigal Balmaceda, de 25. Ambos fueron hallados sin signos vitales dentro de un Toyota color plateado, placas MY 16384. El hallazgo fue reportado por vecinos, quienes notaron la inusual quietud del vehículo durante varias horas.

La inspección preliminar descartó indicios de violencia o consumo de sustancias ilícitas. Posteriormente, un informe de Medicina Legal confirmó que la causa de muerte fue una intoxicación por monóxido de carbono. Según el reporte forense, el motor del carro permaneció encendido al menos cuatro horas mientras las ventanas estaban completamente cerradas, lo que generó una acumulación mortal del gas.

Cristopher fue encontrado con espuma en la boca, un signo común en casos de asfixia por gases tóxicos. Belkis, madre soltera y deportista activa en su comunidad, no presentó señales de agresión. Las autoridades no han determinado si ambos mantenían una relación sentimental o se trataba únicamente de una amistad cercana.

La noticia se ha viralizado en redes sociales, donde familiares y amigos han manifestado su tristeza por la pérdida. La joven era reconocida en su entorno por su carisma y compromiso comunitario. Cristopher, por su parte, era licenciado en mercadotecnia y trabajaba en la ciudad de Managua.

Vecinos declararon que el vehículo estuvo estacionado durante toda la noche, sin que nadie sospechara lo que ocurría en su interior. Fue al amanecer, al notar que no había movimientos, cuando decidieron alertar a las autoridades.

Las muertes por intoxicación con monóxido de carbono suelen ser silenciosas y fulminantes. El gas, incoloro e inodoro, puede acumularse rápidamente en espacios cerrados sin que sus víctimas lo perciban. En este caso, el vehículo se convirtió en una trampa mortal mientras los jóvenes dormían.


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