
Se desplomó frente a todos y nadie supo qué hacer: detalles de la muerte de hombre en gimnasio Smart FIT
José Negrete sufrió un ataque en el corazón durante su rutina de ejercicios. Lo atendieron tarde, no había personal médico y un desfibrilador que pudo hacer la diferencia quizá nunca se usó. Así se desvaneció su vida en un reconocido gimnasio de Montería.
José Negrete llegó al gimnasio Smart Fit del centro comercial Alamedas del Sinú, en Montería, como lo hacía con regularidad. Entró, saludó a conocidos, calentó músculos y se dispuso a entrenar.
Lo que no sabía —y nadie supo manejar— fue que ese día su cuerpo enviaría una señal que terminaría ignorada por demasiado tiempo.
Mientras realizaba su rutina, comenzó a sentir un dolor en el pecho. No fue leve. Según testigos, se detuvo, se llevó la mano al pecho y pidió ayuda. Fue entonces cuando acudió a la fisioterapeuta del gimnasio. Le tomaron signos vitales y, según versiones recogidas, le dijeron que estaban “dentro de los parámetros normales”. No se activó ninguna alarma.
Pero el cuerpo de José no mentía. Su rostro lo decía todo. Se desplomó. Algunos usuarios trataron de ayudar, otros entraron en pánico. En medio del caos, alguien llamó a una ambulancia. Y ahí empezó la cuenta regresiva: tardó 40 minutos en llegar.
Cuarenta minutos. En ese lapso, ningún médico. No había paramédicos. No se ha confirmado si el desfibrilador del gimnasio —un equipo que puede salvar vidas en segundos— fue usado. Algunos presentes afirman que sí estaba en el lugar, pero que nadie lo activó. Otros aseguran que simplemente no sabían cómo utilizarlo.
Durante ese tiempo crítico, José agonizaba. Lo recostaron, intentaron maniobras básicas, pero sin capacitación médica real, el esfuerzo fue insuficiente. Cuando por fin llegaron los paramédicos, la confirmación fue fulminante: José ya no tenía signos vitales. Había muerto.
La muerte de José Negrete ha causado conmoción. No solo por lo sorpresiva, sino por las múltiples oportunidades perdidas para evitarla. Usuarios del gimnasio y ciudadanos en redes sociales han cuestionado duramente la falta de reacción del personal, la demora de la ambulancia y el silencio de la administración.
Hasta el momento, ni Smart Fit ni el centro comercial Alamedas del Sinú han dado una versión oficial sobre lo ocurrido. No han respondido si el desfibrilador fue usado, si el personal estaba capacitado para atender una emergencia ni por qué no había asistencia médica inmediata en un lugar donde cada día decenas de personas exigen su cuerpo al límite.
José Negrete no murió en una carretera ni en una zona sin acceso a salud. Murió dentro de un gimnasio moderno, en pleno centro comercial, rodeado de personas. Pero en el momento más crítico, estuvo solo.
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