Un obrero de construcción de 32 años, padre de tres hijos, murió en la madrugada de este sábado en Santa Marta tras sufrir dos accidentes en menos de 15 minutos. El último, contra una palmera, fue definitivo.

Roberto Jiménez Rodríguez salió del billar con la idea de llegar a su casa, pero nunca lo logró. La madrugada de este sábado, en medio del consumo de alcohol y el cansancio, su moto terminó siendo una trampa mortal.

El hombre de 32 años, dedicado a la construcción y residente en el barrio 20 de Octubre, había compartido con amigos hasta altas horas. Según testigos, ya en camino a su vivienda perdió el control de su motocicleta Boxer de placas AYJ-35C y cayó a la vía. Aun golpeado, se levantó, recogió la moto y decidió continuar, pero metros más adelante, en el sector del 11 de Noviembre, la fatalidad lo alcanzó.

En la zona conocida como El Anzuelo, frente al motel La Orquídea, Roberto chocó de frente contra una palmera. Esta vez no pudo levantarse. Su cuerpo quedó tendido en el asfalto a pocos metros de la moto. El impacto fue tan fuerte que la muerte fue inmediata.

La noticia corrió rápido por el barrio y hasta el sitio llegaron sus familiares. Las lágrimas y gritos de dolor marcaron la escena. Roberto, un hombre muy querido, trabajador y padre de tres hijos —uno de ellos recién nacido—, había quedado sin vida en la misma vía que lo llevaba de regreso a casa.

Agentes de tránsito y la unidad de criminalística realizaron el levantamiento del cadáver y lo trasladaron a Medicina Legal. El reloj marcaba todavía la madrugada, pero para la familia Jiménez Rodríguez el día ya estaba teñido de luto.

Más allá del golpe de la tragedia, su caso refleja una vez más el riesgo de mezclar alcohol, trasnocho y conducción. Una decisión que no solo terminó con la vida de un hombre joven, sino que deja a tres menores sin su padre y a una familia marcada para siempre.