Tras reiteradas quejas de la comunidad, la administración de Carlos Pinedo, a través del Dadsa y con apoyo de la Policía Metropolitana, inició una ofensiva contra los ruidosos pick up y negocios reincidentes que alteraban la tranquilidad en los barrios. Los primeros operativos dejaron sanciones y decomisos en el sector de Santa Fe.

El ruido que durante años perturbó las noches del barrio Santa Fe finalmente tuvo respuesta. La Alcaldía de Santa Marta, a través del Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa), decidió pasar de la pedagogía a la acción. La advertencia ya estaba hecha, pero los comerciantes desoyeron las normas y continuaron con los altos decibeles que atormentaban a los vecinos.

Ante la reincidencia, el Dadsa, en conjunto con la Secretaría de Gobierno, la Oficina de Seguridad y la Policía Metropolitana, desplegó un operativo nocturno en el que fueron decomisados varios equipos de sonido y se impusieron sanciones a los establecimientos que insistieron en mantener la música a todo volumen.

“¡La pedagogía se acabó!”, fue la frase con la que la autoridad ambiental acompañó el video publicado en sus redes sociales, mostrando los resultados del operativo. En las imágenes se observan los equipos cargados en vehículos oficiales y a los funcionarios interviniendo los locales que no acataron las normas.

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Según el Dadsa, los negocios ya habían recibido acompañamiento y capacitaciones sobre los límites de ruido permitidos, pero prefirieron desafiar las advertencias. Por eso, la administración distrital anunció que los controles continuarán en toda la ciudad, con el objetivo de devolverle la calma a los barrios que por años han sufrido los estragos del descontrol sonoro.

“Hoy, la autoridad ambiental, la administración y la fuerza pública actúan por la tranquilidad de todos”, dijo Yandhi Torres, funcionario del Dadsa. La ofensiva apenas comienza, y Santa Marta se prepara para lograr tener noches silenciosas… o para más decomisos.