El hombre murió atrapado en la cabina de su tractomula tras un accidente en la doble. Minutos después, decenas de personas abrieron el contenedor y se llevaron la carga en una escena que indignó al país.

La tragedia ocurrió en segundos, pero la vergüenza llegó después.

Mientras el conductor Benjamín Galeano Rozó, de Fusagasugá, yacía sin vida dentro de la cabina destrozada de su tractomula, una multitud rodeó el camión no para ayudar, sino para robarlo. En plena doble calzada Buga–Tuluá, el accidente se convirtió en una escena brutal de saqueo colectivo.

El choque fue tan fuerte que la cabina quedó aplastada. Benjamín murió de inmediato. Pero antes de que las autoridades llegaran, docenas de habitantes del sector treparon al contenedor y desvalijaron la carga en cuestión de minutos. Hombres, mujeres y hasta jóvenes se disputaban bultos y cajas como si no hubiera un cuerpo allí, inmóvil, a centímetros del desastre.

“¡Mira cómo roban!” grita una voz en uno de los videos que circulan en redes. Las imágenes muestran a grupos enteros peleándose por los productos, corriendo hacia la oscuridad con paquetes al hombro, iluminados por las luces de motos y carros que se detienen atónitos ante el espectáculo.
Para los testigos, la escena fue tan violenta como desconcertante.

Ni el cadáver del conductor, ni el riesgo de una explosión, ni la gravedad del siniestro frenaron a los saqueadores. El accidente se volvió un botín.

“Esto es robo puro. Ya uno tiene miedo no solo al choque, sino a la gente que llega a robar”, lamentó un transportador de la región, que asegura que estos episodios se repiten cada vez con más frecuencia en las carreteras del país.

La familia de Benjamín recibió la peor noticia posible: la muerte repentina de un hombre trabajador, reconocido por cumplir sus rutas con disciplina. Pero también debió enfrentar otra indignidad: que mientras él agonizaba o ya había muerto, desconocidos vaciaban su camión como si fuera una oportunidad de negocio.

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Hasta ahora no hay capturados. La Policía y la Fiscalía analizan los videos, placas y testimonios para identificar a los responsables, quienes podrían enfrentar cargos por hurto y por alterar una escena de accidente mortal.