Santa Marta registra 147 menores detenidos entre 2024 y 2025; casi todos ya están de vuelta en casa


Las autoridades alertan que los menores son usados para hurtos, extorsión, microtráfico y homicidios.

El reclutamiento de adolescentes por parte de estructuras criminales dejó de ser un fenómeno aislado y hoy golpea a Santa Marta con una fuerza que preocupa a autoridades, expertos y líderes sociales.
La Policía Metropolitana con su balance del año confirma que jóvenes entre los 15 y 17 años están siendo usados como pieza clave en actividades de hurto, extorsión, ventas y distribución de drogas, delitos que representan la mayor parte de las 66 capturas realizadas este año.

Expertos en delitos coinciden en que la fragilidad del sistema penal adolescente —que permite que muchos regresen a sus casas bajo vigilancia supervisada— los convierte en un objetivo atractivo para las bandas: son funcionales, moldeables y desechables.

“Para los grupos criminales son perfectos: los capturan, regresan a los pocos días y siguen operando”, explica una fuente judicial.

Según esa misma autoridad, ya se investigan casos de menores vinculados a sicariatos y hurtos calificados.

Los delitos que más cometen y lo que revelan

Además de hurto, extorsión y microtráfico, los registros policiales evidencian otros patrones: 16 adolescentes han sido aprehendidos por violencia intrafamiliar, un dato que para los expertos explica buena parte del origen del problema.

“La estructura emocional deteriorada y un entorno familiar violento empuja a estos jóvenes hacia la calle, donde las bandas los reciben con brazos abiertos”, señala la defensora de derechos humanos Norma Vera Salazar.

Otros delitos cometidos por menores incluyen lesiones personales, acceso carnal abusivo, daño en bien ajeno, violencia contra servidor público, porte ilegal de armas y hasta violación de habitación ajena.
Un dato que llama la atención tiene que ver con que en el transcurso de 2024 y 2025 fueron capturados 147 menores, pero la mayoría ya está en libertad.

La Policía: prevención para intentar cerrar el cerco

El comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, coronel Jaime Ríos, reconoce la gravedad del fenómeno, pero asegura que trabajan para frenarlo antes de que siga escalando.

“La Policía de Infancia y Adolescencia viene ejecutando estrategias de prevención en los barrios con mayor incidencia. Creamos torneos deportivos, jornadas de integración y charlas directas sobre el riesgo de entrar al crimen organizado. La carrera es rápida, pero también termina rápido con la vida de los involucrados”, afirmó el oficial.

El coronel Ríos insiste en que la prevención debe comenzar desde los hogares y las instituciones educativas.

Norma Vera: “El crimen les paga, los engancha y los mata”

La defensora de derechos humanos Norma Vera Salazar no oculta su preocupación. Asegura que la estrategia criminal está estructurada y que los grupos tienen reclutadores específicos en barrios periféricos como Once de Noviembre, Ondas del Caribe, Ciudad Equidad, Timayui, La Paz y sectores del área rural.

“Les ofrecen un millón de pesos como sueldo inicial para ser campaneros o informantes. Luego, según su respuesta, los suben de rango: cobran extorsiones, distribuyen droga o ejecutan homicidios. Al mismo tiempo, los introducen en el consumo para que todo lo ganado se devuelva comprando sustancias. Es un ciclo que termina en una muerte temprana”, explicó.

La defensora recuerda un dato aterrador: el 80% de los crímenes cometidos este año en Santa Marta tuvieron como víctimas a jóvenes entre 23 y 26 años, casi todos vinculados al crimen desde la adolescencia.

“Es un mensaje claro: los menores reclutados hoy serán los muertos de mañana”, dijo sin rodeos.

Influencers criminales: la nueva vitrina del delito

Un fenómeno reciente agrava el panorama: las redes sociales están funcionando como vitrina de reclutamiento informal.
Norma Vera advierte que cabecillas jóvenes de las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada, como alias Nain o El Bendito Menor, se exhiben con lujos, armas, dinero y carros de alta gama, creando una narrativa aspiracional para cientos de adolescentes.

“Es impresionante cómo menores de edad les comentan sus videos pidiéndoles trabajo y expresando admiración. Para muchos, ese es el modelo: rápido, violento y mortal”, señaló.

El reto del Distrito: prevención real y acceso a oportunidades

La administración del alcalde Carlos Pinedo Cuello asegura que está tomando medidas para atacar la raíz del problema, especialmente desde la educación.
Uno de los programas clave es la alianza con la Universidad del Magdalena mediante Talento Santa Marta, que garantiza acceso gratuito a estudios superiores para jóvenes con buenos promedios, incluyendo subsidios académicos.

Además, en la zona rural se abrieron nuevos cupos y rutas para que bachilleres puedan acceder a educación superior sin abandonar sus comunidades.

Aun así, Norma Vera insiste en que no basta:
“Más que capturas, necesitamos un plan integral. Oportunidades reales, acompañamiento psicológico, fortalecimiento familiar y presencia institucional en los barrios donde los niños están creciendo al lado del crimen”.

Una advertencia que Santa Marta no puede ignorar

El reclutamiento de menores es hoy uno de los mayores retos de seguridad y derechos humanos en la ciudad.
Los números crecen, las bandas avanzan y las vidas jóvenes se siguen perdiendo antes de los 25 años.
Las autoridades insisten en la prevención, los expertos exigen políticas profundas y los barrios piden auxilio.

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Santa Marta, mientras tanto, está criando —sin quererlo— a una generación que el crimen organizado ya reclama como suya.


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