Salió de la cárcel, huyó de Santa Marta y lo ejecutaron en La Guajira: le dejaron un letrero acusándolo de ladrón


El samario de 32 años, intentó recomenzar su vida lejos de su ciudad de origen después de salir de la cárcel. Se mudó a La Guajira buscando pasar página. Sin embargo, lo encontraron muerto en una zona enmontada de San Juan del Cesar con un mensaje del Clan del Golfo que lo señalaba de ladrón.

La vida que intentó rehacer terminó en un camino de tierra. A Yeiner Andrés Cuello Torres, conocido como “Barranquilla”, la libertad no le alcanzó para escapar de la violencia. Había salido hace pocos meses de la cárcel Rodrigo de Bastidas, por delitos menores. Su familia en el barrio El Pradito contó que, apenas puso un pie fuera del penal, tomó una decisión rápida: irse de Santa Marta. “No quiero problemas”, habría dicho antes de emprender rumbo a La Guajira.

Allá, en la zona rural de San Juan del Cesar, buscó refugio, trabajo y una vida discreta. Pero su nueva vida tuvo un desenlace violento la mañana en que unos campesinos lo encontraron tirado entre la maleza.

Lo dejaron con varios disparos y un mensaje mortal

El cuerpo estaba boca abajo, a un costado del camino del corregimiento de Zambrano. A simple vista se veían los impactos de bala en varias partes. Los campesinos que lo hallaron quedaron helados: no era un robo, ni un accidente. Era una ejecución.

A pocos centímetros, sobre la tierra, había un letrero improvisado con un mensaje que hablaba por sí solo:

“E.G.C presente. Por ladrón”.

Las iniciales del Ejército Gaitanista de Colombia —o Clan del Golfo— dejaron claro el sello de la advertencia. La escena hizo pensar a las autoridades en un ajusticiamiento, uno de esos “castigos” que los grupos ilegales utilizan para imponer miedo y control territorial.

Un pasado que no lo dejó empezar de cero

La Policía confirmó preliminarmente la identidad del cuerpo y reconstruyó parte de su historia. Cuello había llegado a la zona hace algunos meses, intentando quedarse lejos del ambiente que lo rodeaba en Santa Marta. La idea era rehacer su vida, mantenerse tranquilo y alejado de problemas que había dejado en la capital del Magdalena. Pero las circunstancias de su muerte apuntan a que alguien lo seguía de cerca o a que, en su nuevo rumbo, terminó cruzándose con enemigos más grandes que él.

Los investigadores no descartan ninguna hipótesis: desde problemas personales hasta un señalamiento directo de estructuras criminales que operan en esa zona del sur de La Guajira.

Habitantes de Zambrano dicen estar inquietos. Que aparezca un hombre ejecutado con un mensaje de un grupo armado ilegal no es un hecho menor.

Por ahora, el cuerpo fue trasladado a Medicina Legal y el letrero quedó embalado como prueba clave. La Policía y la Fiscalía intentan esclarecer si realmente fue el Clan del Golfo quien ordenó el homicidio o si alguien se aprovechó de su nombre para maquillar un crimen.

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Lo cierto es que Yeiner, que se fue de Santa Marta buscando una segunda oportunidad, terminó asesinado en una trocha guajira. Y la pregunta que queda en el aire es la misma que repiten sus conocidos en El Pradito:
¿De qué intentaba huir realmente?


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