
Rescatan a menor indígena que era llevada bajo amenazas por hombre vinculado al Clan del Golfo
El sujeto fue detenido en la vía de los contenedores, en el Magdalena, con municiones, panfletos del Clan del Golfo y acompañado de una menor indígena arhuaca que aseguró haber sido retenida bajo amenazas.
Un recorrido de rutina por parte de la Policía Nacional en la vía de los contenedores, en el departamento del Magdalena, terminó con una captura que levantó serias alertas sobre el accionar de grupos armados en la región.
Manuel José Gómez Cantillo, de 39 años y natural del municipio de Plato, fue sorprendido caminando con una menor de edad, miembro de la comunidad indígena arhuaca. La actitud sospechosa del hombre llevó a los uniformados a practicarle una requisa. Sin embargo, en lugar de colaborar, Gómez intentó escapar. No logró ir muy lejos: fue interceptado y reducido por los policías tras una breve persecución.
Al revisarlo, la situación se tornó aún más grave. En su poder llevaba cinco cartuchos calibre 9mm sin percutir, algunos con lotes identificados y otros sin registrar. También portaba un radio de comunicación y cuatro panfletos con propaganda del Clan del Golfo, grupo criminal que opera bajo el nombre de Estructura delictiva Gaitanista de Colombia (EGC).
Pero lo más alarmante fue la declaración de la adolescente indígena que lo acompañaba. Con apenas 16 años, contó a las autoridades que estaba siendo llevada en contra de su voluntad, bajo amenazas. El relato encendió las alarmas y la menor fue puesta de inmediato bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en el municipio de Plato.
El caso ha generado preocupación no solo por la presencia de material vinculado a un grupo armado ilegal, sino también por la aparente instrumentalización de menores de edad, especialmente de comunidades indígenas, en actividades delictivas.
Las autoridades trabajan ahora en establecer la relación exacta del capturado con el Clan del Golfo y en verificar si existen más víctimas o posibles cómplices. La investigación sigue en curso, mientras la comunidad arhuaca y la ciudadanía en general exigen garantías para la seguridad de sus menores.
Lo que empezó como un operativo de control terminó revelando un caso que combina presencia armada ilegal, amenaza contra una menor indígena y propaganda criminal.
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