La falta de gestión de Jorge López como administrador de la Essmar ha agravado la crisis de agua y alcantarillado de la ciudad.
El ambiente en el interior de la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta está tenso, al extremo que el Superintendente de Servicios Públicos, Dagoberto Quiroga, tuvo que hacer presencia de manera urgente en la ciudad para apagar el fuego que amenazaba incluso con un cese de actividades de parte de un sindicato con más de 300 trabajadores.
Los sindicalistas están inconformes con las decisiones que ha tomado el agente interventor, Jorge López, y que han beneficiado de manera injustificada a algunos de sus funcionarios no por su perfil profesional, sino político.
Nuevos contratos con funciones creadas y aumento de salarios que no están acorde con la responsabilidad y el difícil momento de la entidad, son algunas de las denuncias recibidas contra López y que fueron remitidas al Superintendente.
Varios partidos progresistas se han sumado a los señalamientos contra el administrador de la Essmar, retirándole el apoyo y solicitando incluso su salida del cargo.
Argumentan su posición en la mala gestión de Jorge López para atender la actual emergencia de agua, alcantarilla y hasta de basura que sufre la ciudad.
Trabajadores de la empresa, que por su seguridad laboral prefieren no ser identificados, aseguran que la Essmar con la intervención no avanza sino que está retrocediendo, especialmente desde que (EPM) salió de la administración.
Por ahora, el superintendente, ante el actual estado de la entidad y el número de quejas, en su actuación se limitó a realizar un balance y análisis de la situación con la alcaldía y el gerente interventor.
La corrupción denunciada en el interior de la empresa habría exacerbado la crisis del agua de la ciudad, al no desarrollarse un plan de asistencia efectiva para que las personas puedan abastecerse en condiciones mínimas.
Como resultado de la visita, se ha informado de manera extraoficial que Jorge López ha recibido un ultimátum y su cargo como agente interventor está en juego si no logra los resultados del plan de mejora que socializó con la alcaldía y la Superintendencia.
Lo único concreto es que la Essmar, ni siquiera con la intervención, ha logrado ofrecer un mejor servicio a los habitantes de Santa Marta, quienes, por el contrario, están cada vez más inconformes.