Una amiga cercana de la joven tenista reveló que el crimen habría sido motivado por celos y una relación marcada por el control. El padre es señalado como el principal sospechoso.

La vida de Radhika Yadav, una joven promesa del tenis, terminó de forma brutal. Pero no fue un extraño quien la silenció.

Según el estremecedor testimonio de su mejor amiga, fue su propio padre quien, consumido por la envidia, le arrebató la vida.

Himaanshika Singh Rajput, amiga íntima de la víctima, rompió el silencio con una declaración que estremeció a miles. “Le tenía celos, le tenía en envidia”, dijo en un video publicado en su cuenta de Instagram.

La joven denunció que el padre de Radhika no soportaba el éxito de su hija ni el reconocimiento que empezaba a tener dentro y fuera del hogar.

“Tenía miedo de que la gente pensara que era un mantenido, porque ella ganaba más, brillaba más”, expresó.

Lo que para el mundo era una carrera prometedora, para su padre parecía ser una amenaza. Según Himaanshika, la relación entre ambos se volvió tóxica y violenta a medida que Radhika avanzaba en el deporte.

“Le criticaba todo. No soportaba que tomara decisiones sin pedirle permiso. La hacía sentir culpable por cada logro”, reveló.

Un crimen planeado

El día del asesinato, todo estuvo fríamente calculado, según el relato de la joven denunciante. La madre de Radhika fue encerrada en una habitación, el hermano enviado fuera de casa, y hasta el perro desapareció. “Él lo planeó todo. No quería testigos. Solo quería asegurarse de que nadie la salvara”, afirmó.

La versión apunta a un crimen premeditado, cargado de resentimiento. Radhika, de apenas 20 años, había expresado en varias ocasiones su deseo de independencia, de dejar atrás el control paterno. Pero cada intento por alzar la voz encontraba una barrera dentro de su propia casa.

La publicación de Himaanshika generó una oleada de indignación. Cientos de usuarios han alzado la voz en redes bajo la etiqueta #JusticeForRadhika, exigiendo justicia y visibilizando el tipo de violencia que se vive puertas adentro, donde los lazos familiares no siempre significan amor ni protección.

“Ella solo quería ser libre, vivir sin miedo, sin sentir que cada paso era una amenaza para alguien más”, concluyó Himaanshika.

Ahora, con dolor pero con valentía, esa amiga se ha convertido en la voz que exige que Radhika no sea otra víctima olvidada.