Deslizamientos de tierra han bloqueado las vías de acceso a las veredas productoras de café, en plena temporada de cosecha.
En el inicio de la temporada de cosecha de café, en la Sierra Nevada de Santa Marta, la preocupación de los productores se ha intensificado debido a las fuertes lluvias que han provocado deslizamientos de tierra y la consecuente obstrucción de las principales vías de acceso.
Este problema, recurrente cada año durante el periodo invernal, representa un desafío para la movilización del grano desde las zonas cafeteras hacia los centros urbanos de Santa Marta, Ciénaga, Fundación y Aracataca.
Los caficultores de la región, cuya cosecha se concentra entre septiembre y enero, han expresado su preocupación, ya que el colapso de las carreteras imposibilita el transporte de su producto en el momento más crítico del año.
Edilberto Álvarez, presidente del Comité de Cafeteros de Magdalena, explicó que este año la situación ha sido particularmente compleja en veredas como Central Córdoba, una de las más productivas que actualmente se encuentra incomunicada.
“Esta vía es fundamental para el transporte de café no solo de Santa Marta, sino también de Ciénaga. Es una de las más afectadas, y en este momento no hay forma de salir de allí”, afirmó.
La respuesta de las autoridades
Ante la gravedad de la situación, la Gobernación del Magdalena ha dispuesto de maquinaria amarilla para rehabilitar los caminos lo antes posible.
Kelly Franco, supervisora de maquinaria amarilla de la Gobernación, destacó que ya se han desplegado 32 máquinas en toda la región, y que en la Sierra Nevada se han intervenido más de 70 kilómetros de vías.
“Hacemos presencia en sectores como Siberia, La Aguja, La Secreta y La Mojana hasta San Javier, y específicamente en Central Córdoba tenemos dos buldóceres y una pajarita trabajando en la reapertura de la vía”, explicó Franco.
La funcionaria agregó que se espera que los trabajos en Central Córdoba culminen en un plazo de 15 a 20 días, lo cual permitirá restablecer el tránsito de los productos agrícolas, principalmente el café, desde las veredas hacia los centros de acopio y los mercados.
“Es una labor titánica, pero sabemos que es crucial para el bienestar económico de los caficultores y para que el departamento siga siendo competitivo en la producción de café”, afirmó.
Impacto económico y proyección de la cosecha
La cosecha de café en Magdalena, que alcanza su pico entre octubre y noviembre, es una de las más importantes del departamento. Este año, se espera una producción de 16 millones 400 mil kilos de café pergamino seco, con un valor proyectado de 260 mil millones de pesos.
De este total, Ciénaga representa el 58 por ciento de la producción, Fundación el 20 por ciento, Santa Marta el 19 por ciento, y Aracataca el 3 por ciento restante.
Álvarez resaltó que este año se necesitarán al menos 15 mil obreros para la recolección del grano, una cifra que refleja la magnitud de la actividad cafetera en la región.
No obstante, el presidente del Comité de Cafeteros también habló de las dificultades que enfrentan los productores para mejorar las vías de acceso por sus propios medios.
“Nosotros invertimos de nuestros recursos para mantener los caminos, pero hay veces que el daño supera nuestra capacidad económica, y es en esos momentos cuando recurrimos al apoyo de las autoridades”, expresó Álvarez.
El esfuerzo conjunto de la comunidad y las autoridades
Aparte del despliegue de maquinaria por parte de la Gobernación, las Juntas de Acción Comunal de las veredas afectadas también han recibido apoyo en materiales por parte de las alcaldías.
En el caso de Central Córdoba, la Alcaldía de Santa Marta ha destinado bultos de cemento para la reparación de la vía, un esfuerzo que complementa los trabajos de remoción de escombros y rehabilitación de las carreteras.
La coordinación entre las autoridades y la comunidad ha sido clave para enfrentar este desafío anual, que pone en riesgo no solo la cosecha, sino el sustento de cientos de familias que dependen del café.
Sin embargo, Álvarez confía en que, con el esfuerzo conjunto, se logrará superar esta crisis y permitir que el grano llegue a los mercados en el tiempo previsto.
“Tenemos que trabajar todos juntos para sacar adelante nuestra cosecha, porque el café es el motor de nuestra economía”, concluyó.
Mientras tanto, las máquinas continúan sorteando las lodosas rutas que conectan las veredas con los centros urbanos, en una labor contrarreloj que permitirá a los caficultores cumplir con las metas de producción en medio de la adversidad climática que cada año amenaza su actividad.