El profesional fue atacado a tiros por dos sicarios mientras supervisaba la construcción de un parque infantil en San Zenón. La principal hipótesis apunta a que grupos armados le exigían dinero para permitir avanzar la obra y, al no obtenerlo, habrían ordenado su muerte.

En San Zenón, al sur del Magdalena, dos hombres en moto llegaron hasta un parque infantil en construcción, se acercaron sin prisa y le dispararon al arquitecto Sergio Urda Panzza hasta dejarlo sin vida frente a los trabajadores que coordinaba.

Era el responsable del proyecto y, según la comunidad, el blanco de una presión que venía creciendo: la exigencia de dinero por parte de un grupo armado que controla el territorio.

La familia del arquitecto insiste en que no tenía enemigos, ni deudas, ni conflictos. Que era un hombre dedicado a su trabajo y al sustento de su hogar. Pero en la zona la versión era conocida: a la obra le estaban pidiendo una suma económica para permitir su avance.

“Lo matan por vacuna. Aquí los grupos están desatados”, dijo un líder.

Las autoridades no descartan otras hipótesis; sin embargo la que más toma fuerza tiene que ver con que el ataque habría sido una retaliación directa por negarse a pagar la extorsión.

Sergio, oriundo de Talaigua Nuevo (Bolívar), había llegado a San Zenón para coordinar la reconstrucción del parque, sin imaginar que se convertiría en objetivo de criminales.

Horas antes del crimen, el arquitecto había publicado mensajes de reflexión en redes sociales agradeciendo a Dios por su familia y pidiendo protección. Hoy, esas palabras se leen con dolor en su casa y entre sus compañeros.

Lea aquí: Asesinan a un joven de 16 años en el patio de su casa: el pistolero habló con él antes de dispararle

El asesinato mantiene en tensión a la comunidad, que exige mayor presencia estatal y resultados inmediatos. La obra quedó paralizada, el miedo creció y el mensaje criminal fue contundente: en San Zenón, quien no paga, muere.