Por contestar una llamada a la 1:00 a.m. logró sobrevivir a un incendio en su casa


Yasser Acevedo estuvo a punto de morir calcinado en su vivienda del barrio San Fernando. El 80 % de su casa quedó destruida por un incendio originado, al parecer, por un cortocircuito. Una llamada a la 1:00 a.m. evitó la tragedia.

A la 1:40 a.m., un incendio devoró gran parte de su vivienda ubicada en el barrio San Fernando, en Cartagena. Lo que pudo ser una tragedia fatal se evitó gracias a un hecho mínimo, casi casual: una llamada telefónica que recibió minutos antes.

“No tenía ganas de salir esa noche. Me quedé en casa y me puse a hablar por teléfono. Esa llamada me mantuvo despierto. Si me hubiera quedado dormido más temprano, no estaría contando esto”, relata Yasser Acevedo, aún conmovido.

La alarma fue el olor a humo

Después de colgar, percibió algo extraño. Un olor a quemado. Recorrió la casa y se dio cuenta que una de las habitaciones estaba en llamas.

“Pensé en salir corriendo, pero no encontraba la llave. Me desesperé. Finalmente, logré abrir la puerta y escapar”, cuenta.

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Aunque intentó apagar el fuego y pidió ayuda a sus vecinos, las llamas avanzaban con rapidez. Los bomberos llegaron minutos después y lograron evitar que el fuego alcanzara el segundo piso, donde dormía otra familia. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: ropa, electrodomésticos, muebles y recuerdos quedaron reducidos a cenizas.

El origen: un abanico que pudo fallar

Aunque las autoridades aún no confirman la causa exacta del incendio, se presume que un cortocircuito en un abanico fue el detonante. Un detalle técnico, común en muchas viviendas, terminó generando una emergencia de gran magnitud.

“El día siguiente fue muy difícil. Lloraba al ver todo destruido. Pero luego entendí que lo importante es que estoy vivo”, reflexiona Acevedo.

Fe en medio del desastre

Con ayuda de su comunidad religiosa y familiares, ha empezado a reconstruir. Su historia, más allá del drama, también se ha convertido en un mensaje de fe, prevención y agradecimiento.

“El tiempo de Dios es perfecto. Las cosas materiales se recuperan, pero la vida no”, afirma con serenidad.

Una lección para no olvidar

Dos meses después, Yasser decide contar su historia como advertencia y esperanza.
“A veces una llamada cualquiera puede cambiarlo todo. No olvidaré nunca esa madrugada. Me salvó la vida”, dice.


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