
Policía pide a familias de Pivijay dejar de recoger los cadáveres de sus muertos
La violencia en Pivijay no solo deja muertos: también expone la desesperación de familias que, ante la ausencia de las autoridades judiciales, cargan en motos y carros a sus seres queridos asesinados para darles sepultura. La Policía pidió frenar esta práctica, pero la comunidad asegura que no tiene otra opción.
El dolor en Pivijay se vive a la intemperie. La escena se repite como una costumbre macabra: familiares que, con lágrimas y rabia, levantan con sus propias manos los cuerpos de sus muertos para montarlos en una moto o en la parte trasera de un carro. Así los llevan hasta la morgue o directamente a la funeraria, desafiando la ley, contaminando la escena del crimen, pero siguiendo la lógica cruel que les impone la violencia y el abandono.
Este miércoles, la práctica volvió a quedar expuesta tras el asesinato de dos hermanos en el corregimiento de Piñuela, zona rural de Pivijay. Los jóvenes habían estado en una fiesta y horas después fueron acribillados. Sus cuerpos, en medio del miedo y la impotencia, terminaron siendo trasladados por familiares en motocicletas, en imágenes que estremecieron a la comunidad y que generaron indignación por el papel de las autoridades.
La queja de los pobladores es clara: los muertos quedan tendidos durante horas en las trochas rurales, expuestos a la intemperie, porque nadie acude a realizar el levantamiento. Dicen que la Policía y la Fiscalía evitan entrar a tiempo por temor a las amenazas de los grupos armados que dominan la zona. Y en ese vacío, las familias asumen el rol que no les corresponde: levantar el cadáver y llevárselo.
El drama no pasó inadvertido. La Policía del Magdalena, a través de un comunicado, pidió a la ciudadanía que no repita esta práctica, pues “contamina la escena del delito” y retrasa las investigaciones judiciales.
“Desde la Policía Nacional hacemos un llamado muy respetuoso a la ciudadanía para que, en los casos donde se presente la pérdida de una vida, se permita a las autoridades judiciales realizar las inspecciones técnicas a cadáveres y no se invadan ni se contaminen las escenas del delito”, señaló la institución.
De acuerdo con la versión oficial, los peritos judiciales se desplazaron “en la inmediatez” desde el casco urbano más cercano hasta Piñuela, pero al llegar encontraron la escena alterada. “Esta situación dificulta las labores investigativas y la obtención de justicia”, subrayaron.
La Policía lamentó los asesinatos, pidió respeto por los protocolos forenses y advirtió que mover los cuerpos de manera irregular afecta las pruebas y abre la puerta a la impunidad. Además, hizo un llamado a los medios de comunicación para que no difundan imágenes que vulneren la dignidad de las víctimas ni desacrediten las labores judiciales.
Mientras tanto, en Pivijay la rutina del horror sigue sin romperse. Cada asesinato deja un vacío doble: el del ser querido que se va y el del Estado que no llega.
PAUTE
AQUÍ
420 px x 450 px
INFO AQUÍ
