
“¡Policia no deje que me maten!”: ladrón fue robarle celular a niña y se llevó una golpiza
El ladrón fue sorprendido por la comunidad cuando intentaba despojar a una menor de su celular. Lo golpearon, intentaron incendiar su moto y tuvo que suplicar protección a la Policía.
Un hombre estuvo a punto de ser linchado por una turba enfurecida luego de intentar robarle el celular a una niña cerca a la cárcel de Santa Marta.
El sujeto, aprovechándose de la vulnerabilidad de la menor, la abordó en una esquina para despojarla del dispositivo, pero los gritos de la pequeña alertaron a los vecinos, quienes no dudaron en salir en su defensa.
La primera en llegar fue la madre de la niña, que al verla acorralada reaccionó con furia y enfrentó al delincuente a golpes. Detrás de ella, hombres y mujeres del sector se sumaron al ataque contra el agresor, quien cayó al suelo mientras recibía una lluvia de puños y patadas.
En medio del tumulto, alguien gritó que le prendieran fuego a la motocicleta en la que se movilizaba, y no faltó quien corriera por gasolina.
El intento de justicia por mano propia fue frenado por la llegada de una patrulla de la Policía. Aterrorizado, el ladrón se arrastró hasta los agentes y les suplicó que lo protegieran de la turba, que cada vez era más numerosa y furiosa. “¡Sáquenme, me van a matar!”, gritaba, con el rostro ensangrentado.
Los uniformados formaron un cerco alrededor del sujeto para evitar que siguiera siendo agredido, pero no lograron evitar que los padres de la niña, cegados por la impotencia, lo golpearan varias veces más antes de que lograran meterlo a la patrulla. La motocicleta también fue rescatada por los agentes, aunque quedó con varios daños.
El delincuente y su vehículo fueron trasladados a la estación de Policía mientras los agentes advertían a la comunidad sobre las consecuencias legales de tomar la justicia por su cuenta. “Entendemos la indignación, pero el uso de la fuerza contra una persona retenida también constituye un delito”, dijo uno de los uniformados.
La menor, por fortuna, resultó ilesa, aunque con el susto reflejado en el rostro. Su madre, entre lágrimas, la abrazaba mientras decía: “pudo pasarle algo peor… y este tipo se lo merece, pero nosotros no podemos convertirnos en lo mismo que él”.
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