Policía capturó a cuatro sicarios y lucieron sonrientes para la fotografía

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Al parecer sin preocuparles haber sido privados de la libertad, los hombres lucieron tranquilos y hasta sonrientes.

En un operativo que parecía una victoria significativa para la seguridad en el área metropolitana de Santa Marta, cuatro hombres fueron capturados en flagrancia por el delito de porte ilegal de armas de fuego en Ciénaga, Magdalena.

Sin embargo, más allá de la detención, lo que realmente ha captado la atención de la comunidad es la inquietante calma y confianza con la que estos peligrosos delincuentes enfrentaron su captura, llegando incluso a sonreír para la fotografía de rigor, como si su detención fuera poco más que un inconveniente temporal.

La Policía informó que logró interceptar a los cuatro hombres cuando se desplazaban en un vehículo sobre la Troncal del Caribe. Durante el registro, los agentes encontraron un arma de fuego tipo pistola y 11 cartuchos calibre 9mm, lo que condujo a la inmediata aprehensión de los sospechosos, identificados como Adolfo Pérez, alias “El Menor”; Luis Hernández, alias “Culebra”; Freddy Maestre; y Anthony Rosales.

Posteriormente conocieron que estos individuos, están vinculados a recientes homicidios y con antecedentes por diversos delitos.

No obstante, las imágenes de los capturados han generado preocupación entre los ciudadanos: en lugar de mostrar signos de arrepentimiento o preocupación, estos hombres posaron con una aparente tranquilidad, como si la captura no representara una amenaza real a su libertad.

¿Confianza en la impunidad?

Esta actitud relajada y hasta desafiante ha generado cuestionamientos en la comunidad sobre la efectividad de las leyes colombianas en la lucha contra el crimen organizado.

Para muchos, la serenidad mostrada por estos delincuentes refleja una confianza en la fragilidad del sistema judicial, que podría permitirles quedar en libertad en poco tiempo, a pesar de la gravedad de los delitos imputados.

“Es preocupante ver cómo estos individuos parecen no tener miedo de las consecuencias. Es como si supieran que el sistema no los va a retener por mucho tiempo,” comentó un residente de Ciénaga, quien prefirió mantenerse en el anonimato.