El alcalde Carlos Pinedo retomó los encuentros con la comunidad a través del programa Alcaldía al Barrio y desde Colinas del Río habló sin rodeos sobre las crisis que aquejan a la ciudad. Dijo que heredó los problemas, pero que no se quedará de brazos cruzados.

En Colinas del Río, una comunidad que durante años no sintió la presencia de la institucionalidad, el alcalde Carlos Pinedo Cuello volvió al contacto directo con los ciudadanos. Allí, frente a calles sin pavimento y vecinos cansados de promesas, el mandatario fue enfático: los males que sufre Santa Marta no son culpa de su administración, pero las soluciones sí serán su responsabilidad.

“Que la ciudad se inunde, que las alcantarillas se rebocen, que los colegios estén en mal estado… eso no es culpa de esta administración”, dijo Pinedo en tono firme, consciente del reclamo que escuchaba entre la gente. “Pero eso no significa que no los vamos a arreglar”, agregó, generando aplausos entre los asistentes.

Una radiografía sin maquillaje
El alcalde reconoció que al asumir el cargo encontró una ciudad con profundas deficiencias estructurales. “En las redes sociales todo estaba bacano, pero cuando llegamos a los barrios encontramos la realidad: el pueblo samario se estaba muriendo de hambre”, señaló, mientras explicaba que su gobierno ha debido enfrentar carencias históricas en agua potable, saneamiento básico y atención social.

Aseguró que su administración ha gestionado recursos ante el Gobierno nacional y que ya se están materializando inversiones importantes, como los más de 31 mil millones de pesos destinados a la restauración de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR Norte), una obra que, según explicó, busca acabar con el rebosamiento de aguas servidas en sectores críticos de la ciudad.

Responsabilidad compartida
Pinedo Cuello insistió en que la transformación de Santa Marta no depende solo de la Alcaldía. “Yo no soy ningún salvador, pero estoy dispuesto a trabajar por las soluciones que esta ciudad necesita. Los problemas los resolvemos entre todos: Gobierno nacional, gremios, sector privado y comunidades”, expresó.

El alcalde aprovechó el espacio para cuestionar a quienes —según él— “siempre han sido enemigos de la ciudad” y hoy buscan obstaculizar las inversiones nacionales necesarias para superar las crisis del acueducto y alcantarillado.

Compromiso con los que nunca fueron escuchados
El programa Alcaldía al Barrio busca llevar la gestión distrital a zonas históricamente olvidadas, donde la oferta institucional era inexistente. En Colinas del Río, Pinedo no llevó discursos complacientes, sino un mensaje directo: “Encontramos problemas sociales de fondo, pero ya los estamos enfrentando. Vamos a seguir llegando a los lugares donde nunca estuvo el Estado”.

Así, en medio del calor del mediodía y los reclamos de una comunidad que exige resultados, el alcalde reafirmó su propósito de cerrar su mandato con hechos. “No puedo cambiar la historia, pero sí puedo cambiar el rumbo”, concluyó.