Petro y Pinedo hicieron posible millonaria inversión para solucionar rebosamiento de alcantarillas

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Con la legalización del predio y la asignación de recursos, la modernización de la Ebar Norte será una realidad. La obra permitirá una operación más eficiente del sistema sanitario de la ciudad. 

Por fin, tras décadas de desidia y colapso en el sistema de alcantarillado, Santa Marta comienza a escribir un nuevo capítulo en su historia sanitaria. 

La ciudad, que ha sufrido por años los constantes rebosamientos de aguas residuales en sus calles y barrios más emblemáticos, se encamina hacia una solución definitiva con la intervención integral de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (Ebar Norte), una obra que durante 27 años no recibió inversión alguna.

El anuncio lo hizo el alcalde Carlos Pinedo Cuello con mucha emoción. “A puertas de los 500 años de la ciudad, estamos priorizando obras que los habitantes esperaban desde hace décadas”, dijo, de pie ante la deteriorada infraestructura de la estación. 

A su lado, los técnicos mostraban planos y explicaban la magnitud de la intervención: modernización total del sistema de bombeo, incorporación de colectores clave y la esperada conexión con el alcantarillado pluvial para reducir inundaciones y desbordamientos.

Un colapso insostenible

Quienes han vivido en Santa Marta saben que, en época de lluvias o ya cualquier día de sol, el agua servida brotaba sin control en sectores como Pescaíto, El Boro, Olaya Herrera, Bellavista, Los Cocos y hasta el mismo Centro Histórico. La avenida Santa Rita o calle 22 se convertía en un río pestilente y desde el Puerto se veía cómo sus alrededores quedaban anegados de aguas negras.

El problema no era solo una cuestión de malos olores y molestias. Las enfermedades respiratorias e infecciones intestinales eran una amenaza para la población en las zonas afectadas, el turismo se veía golpeado y los residentes sentían que la ciudad estaba al borde de un colapso sanitario.

Luis Felipe Gutiérrez, gerente de Infraestructura Distrital, reconoció la gravedad del problema: “Después de 27 años, Santa Marta tendrá una estación de bombeo confiable. Vamos a mejorar significativamente la infraestructura del manifold, instalar bombas de gran capacidad y reestructurar la conexión con los colectores sanitarios de Bellavista y Pescaíto”.

El respaldo del Gobierno Nacional

Para hacer realidad esta obra, se necesitó más que voluntad política. Se requerían recursos, y estos llegaron tras gestiones del alcalde Pinedo Cuello con el Gobierno Nacional. 

El presidente Gustavo Petro, a través del Ministerio de Vivienda, asignó casi 32 mil millones de pesos para la repotenciación de la Ebar Norte, lo que permitirá garantizar un sistema de alcantarillado eficiente y confiable en la zona norte de la ciudad.

Un aspecto clave para la ejecución del proyecto fue la legalización del terreno donde opera la estación. 

Paradójicamente, durante casi tres décadas, la Ebar Norte funcionaba en un predio sin documentos en regla, lo que impedía cualquier inversión de gran magnitud. 

En tiempo récord, la administración de Pinedo Cuello logró subsanar esta situación, permitiendo que el Ministerio de Vivienda aprobara los recursos.

Un futuro sin aguas residuales

Para Santa Marta, la intervención de la Ebar Norte no es solo una obra de infraestructura, es el inicio de una transformación estructural en su sistema sanitario. 

Esta estación, donde convergen las aguas residuales de muchos sectores de Santa Marta, ahora podrá operar de manera eficiente, evitando que sus habitantes sigan sufriendo las consecuencias del abandono estatal.

Además, el proyecto se integra con un plan más ambicioso dentro del programa Santa Marta 500 +, que busca modernizar el acueducto y alcantarillado de toda la ciudad. 

De hecho, ya se han puesto en marcha licitaciones para intervenir la infraestructura vial, garantizando que cada obra esté articulada con la renovación de redes de agua potable y saneamiento básico.

“La prioridad es el acueducto y alcantarillado. No vamos a engañar a nuestra gente. Este es el cambio que Santa Marta merece y lo garantizaremos”, sentenció Pinedo Cuello.

Para muchos samarios, el escepticismo es natural después de tantos años de promesas incumplidas. Sin embargo, la realidad es que hoy, al menos en el papel, Santa Marta tiene una hoja de ruta clara para solucionar un problema que marcó la vida de sus habitantes por casi tres décadas. Si el compromiso de las autoridades se materializa como se ha anunciado, a partir del mes de diciembre la historia de la ciudad ya no se escribirá entre aguas limpias, sino con un futuro más limpio y saludable.