El presidente Gustavo Petro designó al general William Rincón Zambrano como nuevo director de la Policía Nacional en reemplazo de Carlos Fernando Triana. El oficial llega con la misión de recuperar resultados en seguridad y con una historia personal marcada por la tragedia.

En medio de un ambiente de tensión por los recientes indicadores de inseguridad en varias regiones del país, el presidente Gustavo Petro decidió mover las fichas en la cúpula de la Policía Nacional. El general William Rincón Zambrano fue designado como nuevo director de la institución, en reemplazo del general Carlos Fernando Triana, a quien el mandatario le solicitó la renuncia.

El relevo ocurre en un momento decisivo, cuando el Gobierno exige resultados concretos frente al aumento de homicidios, la expansión de economías ilegales y los brotes de violencia urbana que han golpeado la percepción ciudadana sobre la fuerza pública.

Rincón Zambrano, abogado de profesión, combina el rigor jurídico con una larga trayectoria en operaciones de seguridad. Su hoja de vida incluye cargos de mando en la Policía de Carabineros y Protección Animal, en la Sección Contraguerrilla del Cesar y en el Departamento de Policía de Sucre. También dirigió la Escuela de Suboficiales Gonzalo Jiménez de Quesada y se desempeñó como inspector general, uno de los puestos de mayor responsabilidad interna.

Pero detrás del uniforme hay una historia que lo ha marcado profundamente. A finales de 2024, su hijo Juan Felipe fue asesinado en el barrio Quiroga, al sur de Bogotá. Una tragedia que sacudió su vida y que hoy acompaña cada paso de su carrera. Ese dolor, que nunca se borra, será también parte del carácter con el que enfrentará los desafíos de comandar a más de 120.000 hombres y mujeres en todo el país.

El general Rincón se reunió en las últimas horas con el presidente Petro en la Casa de Nariño, donde fue informado de la decisión. Su nombramiento se formalizará una vez el general Triana presente oficialmente su carta de renuncia, en los próximos días.

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El reto no es menor. El nuevo comandante asume la dirección de una Policía que enfrenta cuestionamientos internos, presiones externas y una ciudadanía que exige resultados inmediatos. Entre la disciplina institucional y las heridas personales, Rincón Zambrano inicia una etapa que pondrá a prueba su liderazgo y su capacidad para devolverle autoridad y confianza a la institución policial.