Petro cuestiona a María Corina Machado tras recibir el Nobel de Paz: “¿Cómo puede pedir ayuda a un genocida?”


El mandatario colombiano la cuestiona por haber dirigido una carta al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, acusado de crímenes de guerra, y al expresidente argentino Mauricio Macri. En su misiva, Petro mezcla reflexiones sobre la paz, el genocidio en Gaza y la política latinoamericana.

Apenas horas después de conocerse que María Corina Machado, dirigente opositora venezolana, fue reconocida con el Premio Nobel de Paz, el presidente Gustavo Petro publicó una carta abierta que ya divide opiniones en América Latina y más allá. En el texto, el mandatario colombiano le plantea una serie de preguntas directas, cargadas de ironía y reproche moral, sobre sus relaciones políticas y su visión de la paz.

Petro comienza recordando una carta firmada por María Corina y dirigida a Benjamín Netanyahu y Mauricio Macri, en la que pedía apoyo para “llevar democracia a Venezuela”. Según el mandatario, esa misiva fue escrita antes del genocidio en Gaza, pero hoy adquiere una carga ética imposible de ignorar.

“Lo que no entiendo y quiero que me explique es ¿por qué usted solicita ayuda a un criminal contra la humanidad, con orden de captura internacional, para llevarle democracia a Venezuela?”, le reprocha el jefe de Estado.

El presidente colombiano recuerda que otro Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, también fue su adversario político, pero considera que el reconocimiento fue justo porque estuvo sustentado en un proceso real de reconciliación. Desde allí, Petro establece un contraste con María Corina, a quien cuestiona por acudir a líderes asociados a la violencia y la guerra.

“¿Qué significa que busque usted apoyo al único presidente latinoamericano que apoyó el genocidio y al genocida?”, pregunta Petro, en una de las líneas más duras de la carta.

El mandatario también aprovecha su mensaje para exponer su aislamiento internacional, asegurando que no puede acudir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas porque “no es bienvenido” por el Gobierno de Estados Unidos, precisamente por sus críticas a la falta de acción frente a la tragedia humanitaria en Gaza.

Petro insiste en que su posición no es ideológica sino humanitaria. Afirma que ha denunciado durante meses el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino, con un saldo —según cita— de 70.000 muertos, entre ellos 20.000 niños y niñas, y 200.000 heridos. En ese contexto, no comprende cómo una líder que recibe el más alto reconocimiento a la paz puede alinear su discurso con figuras políticas que, a su juicio, representan la “barbarie y la guerra”.

En un tono más reflexivo, el presidente plantea una alternativa: un gran acuerdo caribeño que permita detener el tránsito de drogas, sin abuso de poder ni violencia militar. Reivindica la historia del Caribe como región de resistencia y libertad, recordando incluso a los africanos que se arrojaron al mar antes que vivir en la esclavitud.

“¿No sería mejor un Caribe en paz, sin asesinatos y una política antinarcotraficante fuerte sin abuso del poder?”, escribe el mandatario, apelando a un tono casi filosófico sobre el destino común de los pueblos del continente.

Finalmente, Petro cierra su carta con una advertencia: que Venezuela no necesita invasiones ni alianzas con genocidas, sino un diálogo nacional incluyente, donde “toda la venezolanidad sin excepción” participe en la construcción de su futuro.
“No es llevando a Netanyahu a una acción por Venezuela como se ayudará al pueblo venezolano. Eso solo puede significar genocidio sobre el pueblo y agresión ilegal armada e internacional sobre Venezuela”, concluye.

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La publicación del mensaje provocó reacciones inmediatas. Mientras algunos lo consideran un gesto valiente y coherente con su postura sobre Gaza, otros lo acusan de oportunismo y de intentar proyectar liderazgo moral en medio de tensiones diplomáticas.

Lo cierto es que, una vez más, Gustavo Petro convirtió una carta en un terremoto político internacional, y esta vez, su destinataria es nada menos que la nueva Nobel de Paz.


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