Petro autoriza a policías a llevarse armas a casa para defenderse del Clan del Golfo


La medida busca proteger a los agentes fuera de servicio, blanco principal del llamado “plan pistola”.

Ante una arremetida sin tregua contra miembros de la fuerza pública, la Policía Nacional tomó una decisión drástica: a partir de ahora, los uniformados podrán portar sus armas de dotación en sus hogares. La medida, anunciada por el director de la institución, general Carlos Fernando Triana, responde al incremento de los ataques violentos atribuidos al “plan pistola” del Clan del Golfo.

“El uso del arma de fuego no solo es una herramienta operativa, es una medida de supervivencia. Implica defender su vida a partir de la amenaza permanente del Clan del Golfo”, afirmó Triana. 

La ofensiva criminal se caracteriza por ataques sorpresivos, ejecutados cuando los policías están fuera de servicio y vulnerables.

Según el general, se han adoptado “medidas muy fuertes” en la institución, dirigidas a reforzar la seguridad operacional de los uniformados, tanto en el servicio como en sus entornos personales. El mensaje es claro: los policías deben estar listos para defenderse y proteger a sus familias, incluso fuera del uniforme.

El llamado de alerta también se extendió a la ciudadanía. El alto mando pidió a los colombianos denunciar cualquier actividad sospechosa. “Estos actos demenciales son cometidos por personas que se camuflan entre la comunidad y atacan por la espalda. Necesitamos más información para anticiparnos a estos hechos que enlutan a las familias colombianas”, sostuvo.

27 miembros de fuerza pública asesinados 

El contexto es alarmante. Este martes, el presidente Gustavo Petro informó que en las últimas semanas han sido asesinados 27 miembros de la fuerza pública: 15 policías y 12 militares. El mandatario atribuyó los crímenes al Clan del Golfo, señalando que responden a la caída de varios de sus jefes. “Han decidido matar hijos del pueblo”, escribió en su cuenta de X.

Sin embargo, la propia lista publicada por la Presidencia muestra que al menos ocho de esos militares fueron víctimas de las disidencias de las Farc, no del Clan del Golfo. Siete de ellos fueron emboscados el domingo pasado en zona rural de Charras, Guaviare.

La violencia sigue escalando y la respuesta institucional apunta a reforzar la autoprotección. Los policías, ahora, no solo patrullan en las calles: también duermen armados en casa. 


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