Petro afianza alianza con el caicedismo y deja el Magdalena en manos de Ingris Padilla


Expertos interpretan el nombramiento como un movimiento calculado para preservar una coalición regional clave, enviar un mensaje de coherencia política y preparar el terreno para las elecciones atípicas del 9 de noviembre, en las que para muchos el resultado ya estaría cantado.

El nombramiento de Ingris Mirelda Padilla García como gobernadora encargada del Magdalena no solo resuelve una vacancia administrativa tras la salida de Rafael Martínez por decisión del Consejo de Estado.

Según analistas, la movida del presidente Gustavo Petro reafirma su alianza con el caicedismo y le envía una señal de lealtad a los movimientos que lo han respaldado desde sus campañas presidenciales.

“Esto es una decisión política, no simplemente administrativa”, opina Jorge Restrepo, politólogo y docente universitario. “Petro tenía la posibilidad de abrirle espacio a un candidato propio del Pacto Histórico, pero opta por sostener a Fuerza Ciudadana en un momento de crisis, lo que refuerza su imagen de coherencia frente a sus aliados”.

El contexto: una ficha de la casa

Padilla, administradora de empresa con MBA de la EAFIT y exsecretaria general durante el gobierno de Martínez, es reconocida por su cercanía a Carlos Caicedo. Su inclusión en la terna enviada por el exgobernador no fue casual: buscaba garantizar que el proyecto político de Fuerza Ciudadana no quedara descabezado en los meses previos a las elecciones atípicas del 9 de noviembre.

Para María Camila Barros, analista de asuntos públicos, este nombramiento

“mantiene intacto el andamiaje político del caicedismo en la Gobernación, asegurando que la maquinaria, programas y equipos de confianza se conserven operativos de cara a los comicios”.

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Una apuesta arriesgada
No todos ven la decisión como un acierto. Desde sectores de oposición en el Magdalena se interpreta el nombramiento como una jugada que rompe con el espíritu de neutralidad que debería primar en un encargo de este tipo.

“El presidente Petro actúa como garante de un grupo político y no como jefe de Estado que debe velar por la imparcialidad. Esto puede minar la confianza en el proceso electoral que se avecina”, cuestiona Luis Fernando Yepes, abogado constitucionalista.

A pesar de estas críticas, la imagen publicada por Presidencia con Petro y Padilla en la Casa de Nariño envió un mensaje claro: la alianza con Fuerza Ciudadana no se quiebra, incluso en momentos de tormenta judicial.

Fuerza Ciudadana: del golpe judicial al espaldarazo presidencial

En los últimos dos años, Fuerza Ciudadana perdió la Alcaldía de Santa Marta por decisión judicial, vio suspendida su personería jurídica y sufrió la destitución de Rafael Martínez. Este panorama, para algunos, representaba la oportunidad perfecta para que otros sectores ocuparan el espacio político del caicedismo en el departamento.

Pero el presidente Petro decidió lo contrario.

Para Hernando Flórez, consultor electoral, la lectura es estratégica: “Petro necesita mantener operadores políticos en las regiones que le aseguren respaldo legislativo y territorial. Caicedo y Martínez han sido leales, y este nombramiento garantiza que el Magdalena siga siendo un bastión aliado”.

Elecciones atípicas con tablero marcado
La Registraduría Nacional fijó para el 9 de noviembre las elecciones atípicas que definirán quién ocupará la Gobernación hasta 2027. La permanencia de Padilla como encargada durante casi tres meses será clave para sostener los programas heredados y preparar el terreno electoral.
En este punto, varios observadores coinciden en que la contienda podría ser poco competitiva.

“Con el fallo del Consejo de Estado, Fuerza Ciudadana no perdió el poder. Mantiene la Gobernación, el aparato político y la conexión con su electorado. Para muchos, esto no es más que un desgaste, porque tienen prácticamente garantizado el triunfo en las nuevas elecciones”, sostiene Barros.

Más que un nombramiento

En la práctica, el encargo de Ingris Padilla es un movimiento que consolida un bloque político regional y proyecta influencia sobre las urnas de noviembre. Es también un mensaje a otros aliados de Petro: la lealtad política tiene premio, incluso en circunstancias adversas.

“Este es un caso de realpolitik”, concluye Restrepo. “El presidente está dispuesto a pagar el costo político de las críticas para mantener un aliado fuerte en el Caribe. Lo que pase el 9 de noviembre nos dirá si esta jugada fue visionaria o un error de cálculo”.

Por ahora, el Magdalena queda bajo el mando de una gobernadora interina que representa la continuidad del caicedismo, con la mirada puesta en una elección que, para muchos, tiene un ganador adelantado.


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