Patrullera de 22 años murió en ataque con dron; la mataron mientras servía a su país


La joven policía, fue asesinada en Santander de Quilichao tras un atentado con dron perpetrado por disidencias de las FARC. Fue alcanzada por las esquirlas de los explosivos. Es una nueva víctima del terrorismo en Colombia.

Maryori Ramos tenía 22 años. Apenas empezaba su carrera en la Policía. Soñaba con servir a su comunidad, con crecer en la institución. Pero en su propio municipio, la mataron.

Fue un ataque certero, premeditado y violento. Disidencias de las FARC activaron un dron cargado con explosivos que cayó en la estación de Policía del barrio El Limonar, en Santander de Quilichao, norte del Cauca.

Maryori fue alcanzada por las esquirlas. Sus compañeros intentaron salvarla, pero murió poco después en el hospital. Junto a ella, otros dos uniformados resultaron heridos.

Horas antes, otro dron había sido detonado en el centro del municipio, cerca del parque principal. No hubo víctimas, pero sí una advertencia que nadie logró frenar.

Los autores del ataque son los mismos grupos armados que se niegan a la paz y que hoy usan tecnología para seguir matando. Las disidencias han reforzado su presencia en la región, y la Policía se ha convertido en blanco constante. Esta vez, la víctima fue una joven que había jurado proteger a los suyos.

El crimen de Maryori no es un hecho aislado. Es un nuevo capítulo del recrudecimiento de la violencia en el Cauca. Y es una tragedia que golpea doblemente: porque mataron a una mujer joven, y porque la asesinaron mientras cumplía su deber.

“Era una muchacha buena, servicial, respetuosa. Quería salir adelante y ayudar a su familia”, cuenta una habitante de Quilichao que la veía patrullar las calles con frecuencia.

El nombre de Maryori Ramos ya es parte del listado de uniformados asesinados por el conflicto armado. Pero detrás del uniforme, había una vida, una familia, una historia truncada. Su muerte ha causado dolor en la institución y en su pueblo, que ahora llora no solo a una patrullera, sino a una hija de la región que cayó en una guerra que parece no tener fin.


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