Pareja viajaba en moto hacia una fiesta familiar y se mataron, tras chocar con carro estacionado


El conductor murió en el sitio y ella horas después en un hospital. Su familia se quedó esperándola en la integración que habían organizado.

La decisión de viajar se tomó casi a última hora. Según sus familiares, Yuranis Orozco Ordóñez y su pareja, Jaison Constante, estuvieron a punto de no salir la noche del domingo rumbo a Tucurinca, en Zona Bananera. Habían tenido varios inconvenientes durante el día y dudaron si valía la pena hacer el recorrido. Pero la insistencia por no faltar a la reunión familiar pesó más. Montaron la motocicleta y tomaron la vía.

Durante los primeros kilómetros todo transcurrió con normalidad. Jaison, residente en Fundación, manejaba su moto TVS 125 Racing con destino al corregimiento. Yuranis, oriunda de El Retén, iba detrás, conversando a ratos, confiando en que el trayecto nocturno no representaría mayores complicaciones. Pero la Troncal de Oriente tiene fama de ser una vía traicionera: oscura, con alto tráfico y con tramos donde la visibilidad cae en picada.

A la altura de la Y de Ciénaga, esa combinación de factores se convirtió en una trampa mortal. En plena carretera, un vehículo estacionado, supuestamente por un desperfecto técnico y sin ninguna señalización, permanecía en la vía. En condiciones normales hubiese sido un obstáculo fácil de evitar. Pero a esa hora, con la iluminación prácticamente nula y la moto avanzando a buena velocidad, no hubo margen para reaccionar.

La motocicleta impactó de lleno la parte trasera del carro detenido. El golpe fue tan violento que ambos ocupantes salieron expulsados y quedaron tendidos en el pavimento. Jaison no tuvo oportunidad: murió en el sitio por el trauma severo que sufrió. Yuranis aún respiraba cuando llegaron quienes transitaban por la zona y la trasladaron a un centro asistencial. Aunque los médicos lucharon por estabilizarla, sus lesiones eran demasiado graves. Horas después falleció.

Con la vía cerrada y las luces de las patrullas iluminando el asfalto, la escena revelaba la crudeza del accidente: una motocicleta destruida, un vehículo inmóvil sin señales de alerta y dos familias que, sin saberlo todavía, acababan de perder a sus seres queridos.

Las autoridades ahora intentan precisar qué ocurrió realmente. Investigan si hubo negligencia del conductor del vehículo estacionado o si intervino algún otro factor adicional. Entretanto, volvieron a hacer un llamado que parece repetirse cada semana: conducir con precaución, especialmente en zonas de alta circulación y baja iluminación.

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La reunión familiar en Tucurinca siguió adelante, pero con dos sillas vacías que nadie pudo llenar. Y en la Troncal de Oriente quedó ese punto exacto donde la noche cambió para siempre para Yuranis, para Jaison y para los que los esperaban.


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