Horror en plena zona céntrica de Sincelejo y a metros de un evento policial. Autoridades ya dieron resultados frente a este hecho. 

Los disparos retumbaron en el centro comercial y el pánico se apoderó de todos. A las seis de la tarde del viernes, en plena zona céntrica de Sincelejo, dos sicarios entraron con chaquetas y cascos al Centro Comercial El Gran Centro El Parque y abrieron fuego contra dos comerciantes. 

No hubo oportunidad de reacción. Ufredo Ricardo Piguave, un ecuatoriano residente en la ciudad desde hace años, murió en la silla donde estaba sentado. Su socio, Ubaldo Andrés Loaiza, alcanzó a ser llevado a una clínica, pero falleció minutos después.

Las cámaras de seguridad captaron la escena escalofriante: los sicarios entran, disparan sin titubear y salen corriendo. Afuera, a pocos metros, la Policía Nacional realizaba un evento institucional. Dentro del centro comercial, en cambio, los comerciantes y compradores huían despavoridos, buscando refugio entre los pasillos.

El alcalde de Sincelejo, Yair Acuña Cardales, llegó al lugar junto con la Policía y anunció una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que conduzca a la captura de los asesinos. 

Horas después, a las 2:47 de la madrugada del sábado, envió un mensaje a los medios que dejó entrever posibles avances en la investigación:

«Podemos decir con orgullo que ser la ciudad más segura de Colombia no significa que no pasen cosas, significa que somos el lugar del país donde menos cosas pasan y que cuando pasan, somos el lugar del país donde más rápido se esclarecen los hechos».

La frase, más que tranquilizar, generó preguntas. ¿Estaban los sicarios identificados o capturados? ¿Cómo pudieron entrar armados a un centro comercial sin ser detectados? El doble homicidio no solo dejó dos familias destrozadas, sino que expuso las grietas de una seguridad que, en cuestión de segundos, puede venirse abajo.