Otra víctima en accidente de piques ilegales; Andrés murió intentando salvar a joven arrollada por motociclista


La muerte del joven de 25 años oriundo de Chinú, elevó a tres el número de víctimas del accidente ocurrido en la Vía del Mar, al norte de Cartagena. Fue embestido por una moto de alto cilindraje cuando intentaba apartar a una ingeniera que cruzaba la vía.

La tragedia que dejaron los piques ilegales en la Vía del Mar se hizo más grande este viernes. La confirmación del fallecimiento de Andrés Felipe De Hoyos Leguizamón, de 25 años y oriundo de Chinú, convirtió en tres las víctimas fatales del siniestro que ha estremecido a Cartagena y a toda la Región Caribe.

La noche del jueves 2 de octubre, entre Las Ramblas y la estación Terpel, una motocicleta de alto cilindraje modelo Kawasaki Z800, conducida por Javier Alonso López Julio (31), competía a gran velocidad en medio de los llamados piques ilegales. En ese momento, Ubiellys Patricia Giraldo Rojas, una ingeniera civil de 24 años, intentaba cruzar la vía. Andrés, que estaba sentado en el andén junto a otros observadores, alcanzó a ver el peligro inminente y corrió hacia ella para intentar apartarla.

No hubo tiempo. El impacto fue brutal. Ubiellys perdió la vida en el lugar. El motociclista falleció horas después en el Hospital Serena del Mar. Y Andrés, con heridas críticas, quedó aferrado a la vida durante más de 24 horas. Su familia y amigos mantenían la esperanza, pero al medio día de este viernes la noticia fue devastadora: también había muerto.

Murió como héroe 

El gesto de Andrés fue calificado por muchos como heroico. No era parte de los piques ni estaba conduciendo la moto, como algunas versiones iniciales sugirieron. Estaba observando desde la orilla y actuó por instinto, intentando salvar a otra vida. Esa decisión le costó la suya.

La consternación se extendió más allá de Cartagena. En Chinú y Lorica, Córdoba, donde Andrés era conocido como un joven tranquilo, trabajador y solidario, la noticia cayó como un balde de agua fría. En redes sociales, amigos y allegados han pedido respeto frente a los juicios apresurados y han resaltado su valentía. “Lo único que puedo decir como amigo es que hay que tener respeto por los difuntos y aún más por sus familiares”, escribió uno de ellos.

Este nuevo capítulo pone sobre la mesa una problemática que no es nueva en Cartagena: los piques ilegales en la Vía del Mar. Vecinos del sector insisten en que cada jueves y fin de semana se repiten las carreras clandestinas, sin que las autoridades logren frenarlas. Ahora, la cifra de tres muertos —un motociclista, una joven ingeniera y un joven que intentó salvarla— se convierte en la evidencia más dolorosa de las consecuencias de esta práctica.

El destino fue implacable con tres familias. La de Ubiellys, que vio apagarse el futuro de una profesional prometedora. La de Javier Alonso, cuya pasión por la velocidad terminó en tragedia. Y la de Andrés Felipe, que sumó a la lista de duelos un nuevo capítulo: años atrás, otros miembros de su núcleo también habían perdido la vida en un accidente vial en Bolívar.


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