Otra jornada de caos en estación de Policía de El Rodadero; presos quemaron colchones por anuncio de traslados


La estación de Policía vivió una nueva jornada de tensión apenas un día después de un ataque armado que pretendía liberar a un preso de alto perfil. Comerciantes y residentes piden garantías de seguridad en plena zona turística.

Desde el interior de la estación de Policía de El Rodadero, ubicada a pocas cuadras de la playa, la mañana de este miércoles se escuchaban gritos, golpes contra las rejas y el chisporroteo de colchones incendiados. Era el inicio de un nuevo capítulo de caos en una zona que, aunque turística, viene siendo escenario de episodios que parecen sacados de una serie criminal.

La chispa que encendió la rebelión fue la confirmación de varios traslados inminentes de los reclusos con antecedentes más peligrosos. Los privados de la libertad, al enterarse de la medida, desataron un motín violento en rechazo.

Pero el verdadero detonante de todo este clima de tensión había ocurrido apenas 24 horas antes, cuando cuatro hombres armados con fusiles y pistolas irrumpieron en la madrugada con el objetivo de liberar a alias Chocolate, presunto integrante de las Autodefensas Conquistadores de la Sierra.

El intento fue frustrado por agentes que repelieron el ataque con sus armas de dotación. El enfrentamiento dejó un saldo trágico: uno de los agresores fue abatido. Desde entonces, la estación permanece fuertemente custodiada, como si se tratara de una zona en guerra.

Bomberos llegaron a apoyar la situación

«Se pidió apoyo inmediato a los Bomberos porque los internos prendieron fuego a varias colchonetas como forma de protesta», confirmó Ricardo Chain, director del cuerpo de bomberos de Santa Marta. «Por fortuna la situación se controló antes de que se comprometiera la estructura del edificio», añadió.

La tensión, sin embargo, se mantiene. En las próximas horas se ejecutarán los traslados bajo un estricto protocolo de seguridad.

Tensión en El Rodadero

Afuera de la estación, la incertidumbre se respira entre los comerciantes, los residentes y los turistas que pasean por una de las zonas más visitadas de Santa Marta.

“Estamos preocupados. Esto ya no es una simple estación de Policía, es una bomba de tiempo”, dijo un comerciante.

Los vecinos exigen una reubicación del centro de detención o, al menos, medidas más drásticas que eviten nuevos episodios que pongan en riesgo la vida de los civiles.

El Rodadero, tradicionalmente asociado al turismo y la recreación, hoy se ve amenazado por estos episodios violentos que tienen encendidas las alertas de las autoridades.


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