Las calles convertidas en canales de aguas servidas obligaron el cierre total de la bahía. Autoridades temen que la situación empeore en plena temporada vacacional.
Santa Marta vive una nueva pesadilla ambiental. La bahía principal, fue cerrada de forma temporal por la Alcaldía debido al vertimiento masivo de aguas residuales que, desde el lunes, caen sin control por las calles del Centro Histórico.
La escena es crítica: rebosamientos de alcantarillas, calles convertidas en canales pestilentes y una ciudad que, una vez más, enfrenta el colapso de su sistema de alcantarillado.

La emergencia comenzó con la falla de una de las bombas de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) Norte, la misma que ya había presentado problemas reiterados desde el año pasado.
Esta vez, quedó solo una bomba en funcionamiento de las tres que deberían operar. El resultado: el sistema colapsó y las aguas servidas comenzaron a desbordarse, fluyendo por sectores como la carrera primera, el Mercado Público, Pescaíto, Bellavista y El Prado, hasta desembocar directamente en la bahía.
Ante la magnitud del desastre, la Alcaldía tomó la decisión de cerrar el balneario. Se prohibió el ingreso de bañistas y la realización de actividades náuticas.
“La cantidad de descarga contaminante representa un riesgo para la salud pública y el ecosistema marino”, señalaron las autoridades. La postal turística quedó suspendida temporalmente..
Reducen distribución de agua potable por la crisis
La Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta, Essmar, en medio de un plan de contención de emergencia, redujo de manera drástica la distribución de agua potable con el objetivo de disminuir la producción de aguas residuales.
Tractobombas fueron desplegadas para redirigir los desechos a los colectores, pero la solución parece insuficiente frente a una infraestructura visiblemente desgastada.

El agente especial de Essmar, Erney Velásquez Torres, pidió apoyo financiero urgente: “Invitamos a la Alcaldía y a Atesa para que se nos unan en este esfuerzo, girando los recursos adeudados para poder financiar la compra de una bomba nueva y así poder superar la emergencia”, declaró.
Anuncian sanciones a las Essmar
Pero la crisis se profundiza. El Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa) anunció el inicio de un proceso sancionatorio contra Essmar por los nuevos rebosamientos.
La gerente del Dadsa, Paola Gómez Bolaño, aseguró que más allá de una sanción económica, se busca un compromiso real por parte de la empresa intervenida por Superservicios. “Desde septiembre del año pasado se han registrado múltiples emergencias en la EBAR Norte. El problema es recurrente y no se ha presentado un plan de contingencia”, denunció.

La administración distrital también alzó su voz. El gerente de Infraestructura, Luis Felipe Gutiérrez, fue contundente: “De tres bombas que tenemos con capacidad de bombear hacia el emisario submarino, dos están fuera de servicio. La situación es insostenible”.
Mientras tanto, la ciudad espera. Las vacaciones están a la vuelta de la esquina y nadie puede asegurar que el destino esté listo para recibir a los turistas. Hoy, lo único cierto es que el centro de Santa Marta permanece inundado de aguas negras y el mar carga con la contaminación de una ciudad sin soluciones definitivas.