La muerte de Manuel Suárez en el barrio Fredonia en Cartagena tomó un rumbo inesperado: testimonios apuntan a que la orden habría salido del patio 3 de la cárcel de Ternera, donde un interno conocido como ‘El Chino Paraíso’ habría reaccionado con violencia al enterarse de un supuesto vínculo entre el joven y la mujer que él consideraba su pareja.

La versión de las “envidias” duró poco. La investigación sobre el asesinato de Manuel Suárez Ramos, el joven emprendedor acribillado en la calle 6 del barrio Fredonia de Cartagena, dio un giro brusco luego de que fuentes confidenciales revelaran lo que sería el verdadero detonante del crimen: celos de un preso con poder.

De acuerdo con información recopilada durante varios días, la orden habría salido desde el patio 3 de la cárcel de Ternera y tendría nombre propio: ‘El Chino Paraíso’. El interno habría estallado al enterarse de que Manuel, afuera, estaría teniendo cercanía con una joven identificada como ‘Karen’, a quien en el bajo mundo la señalan como su pareja sentimental.

Dentro del penal, el detalle no pasó inadvertido. Desde que ‘El Chino Paraíso’ cayó preso, la mujer solo lo había visitado un par de veces antes de desaparecer de su entorno. Esa ausencia habría encendido todas las alarmas y convertido el rumor de una supuesta relación de ella con Manuel en una chispa suficiente para provocar un ataque armado.

La fuente relata que, tras enterarse, el interno envió una instrucción directa: había que matarlo. Y así fue. El crimen habría sido ejecutado por jóvenes cercanos a otro individuo apodado ‘Angelito’, quienes habrían recibido la orden sin preguntas, movidos por lealtades y códigos que operan desde afuera, pero nacen adentro.

Lo más desconcertante es que, mientras su nombre se movía en esos círculos turbios, Manuel mostraba otra vida: viajaba, trabajaba, grababa contenido, emprendía, planeaba metas y compartía con su hijo.

Su entorno aún intenta entender cómo su camino terminó cruzándose con los celos de un hombre tras las rejas y con un mundo donde una sospecha, un comentario o un rumor pueden sellar el destino de alguien sin que siquiera lo note.

Lea aquí: Joven samario que presumía en redes ser miembro de la ACSN fue encontrado muerto en una casa

La nueva versión no solo golpea a su familia y a sus amigos: revela la brutalidad con la que operan los egos heridos desde la sombra de una cárcel, donde una palabra mal dicha o una cercanía mal interpretada puede convertirse en una orden de muerte. Y afuera, alguien paga la cuenta.