El candidato mostró también su músculo político y pidió a los samarios confiar en su propuesta de unidad: “En el Magdalena cabemos todos”.

La carrera Quinta, símbolo del comercio samario que hoy refleja también el pulso político del departamento, volvió a llenarse de camisetas, pancartas y consignas. En esta ocasión, Rafael Noya, decidió irrumpir en ese escenario para mostrar fuerza y respaldo ciudadano.

Noya llegó al centro histórico con su lema de siempre: “En el Magdalena cabemos todos”. A paso lento, se fue abriendo camino entre vendedores, turistas y comerciantes, saludando con una sonrisa a quienes se detenían a escucharlo. Se abrazó con comerciantes, se tomó fotos con trabajadores y repartió apretones de mano como si quisiera borrar la distancia entre el Palacio Tayrona y la calle.

“Confíen en mí, denme la oportunidad y tendrán un gobierno cercano”, dijo una y otra vez, buscando dejar claro que su apuesta es por un liderazgo distinto, uno que —según él— no divida sino que sume.
En cada esquina repetía que su intención es gobernar “para todos los sectores” y devolverle la esperanza a quienes sienten que el desarrollo no les llega.

Presentó sus propuestas a la gente

El recorrido fue también una vitrina para sus propuestas. Noya habló de energía limpia, de granjas solares y de incentivos para empresarios que generen empleo juvenil. Pero más allá de las promesas, lo que buscaba era mostrar músculo político y cercanía con la gente que —como él mismo dice— “madruga para sostener al Magdalena desde el rebusque”.

Algunos comerciantes lo escuchaban atentos, otros lo abordaban para reclamar por la inseguridad, la falta de apoyo o los arriendos altos. Él respondía con el mismo gesto: cabeza inclinada y mirada de compromiso.

“Sé que la gente tiene grandes expectativas con el nuevo gobierno que llegue al Tayrona”, comentó al final del recorrido, mientras el sol empezaba a caer sobre los edificios del Centro.

En medio de los aplausos y selfies, una joven lo resumió con palabras que sonaron a consigna: “Estoy convencida de que Noya será el próximo gobernador porque es el candidato de la gente”.

La frase, dicha entre la multitud, condensó el mensaje que el aspirante quiso dejar en la Quinta: que su proyecto busca unir a un Magdalena fragmentado por los últimos años de confrontación política.

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Así, entre abrazos y consignas, Rafael Noya cerró una jornada que fue más que una caminata. Fue su manera de marcar territorio en el corazón de Santa Marta y demostrar que en la carrera por la Gobernación, el ruido también se puede responder con empatía, contacto y presencia en la calle.