“Nos vemos pronto”: Bryan despidió a su primo con mensaje premonitorio y luego fue asesinado

Compartir

Facebook
WhatsApp
Twitter
LinkedIn
Telegram

El hombre fue atacado a tiros cuando asistía al sepelio de su familia que murió en otro atentado criminal. La esposa del primer difunto también resultó herida. 

La muerte le respondió demasiado pronto. Bryan Parra aún no asimilaba el asesinato de su primo Eduardo Savala cuando decidió escribirle un mensaje en redes sociales. Con el dolor latente, le dedicó unas palabras que, sin saberlo, parecían un presagio: «Pronto nos vemos, mi vida hermosa».

Era un adiós lleno de tristeza, de preguntas sin respuesta, de una despedida que jamás imaginó que sería tan literal. Apenas unas horas después, cuando el féretro de su primo llegaba al cementerio San Miguel, Bryan cayó bajo las balas asesinas. 

Los sicarios lo sorprendieron mientras esperaba en la entrada del camposanto, y en cuestión de segundos, el luto de la familia se duplicó.

A su lado estaba Fragelis Díaz, esposa de Eduardo, quien también resultó herida en el ataque. Entre gritos de desesperación y el eco de los disparos, la escena se convirtió en una estampa macabra: el sepelio de uno se transformó en el asesinato de otro.

El mensaje que nadie imaginó que se cumpliría

El barrio El Pradito fue testigo del primer crimen. Allí fue asesinado Eduardo Savala, el primo de Bryan, la ausencia que desencadenó su mensaje de despedida. 

En él, Bryan expresaba su dolor y el vacío que le dejaba su partida:

«Ay hermano, me dejaste solito. Me dijiste espérame que yo vengo breve y mira, nunca llegaste. Solo te pido que me sigas apoyando como siempre lo hacías desde el cielo, mi ángel hermoso. Te voy a extrañar toda mi vida, mi hermano, porque tú, dime, ¿por qué tú? Pronto nos vemos, mi vida hermosa. Gracias por todo, gracias por siempre estar ahí cuando te necesitaba, mi hermano. Gracias. Disculpa si algún día me porté mal contigo, disculpa mi rey, disculpa. Me llevaste mi felicidad. Ahora, ¿a quién voy a esperar que pase por la casa? ¿Ahora cómo te llamo, dime, hermano?»

Cada palabra escrita por Bryan cargaba una angustia que no alcanzó a disiparse. Y lo más estremecedor de todo es que el «pronto nos vemos» se hizo realidad demasiado rápido.

El luto doble de una familia rota

La familia de Bryan Parra quedó devastada. Primero tuvieron que lidiar con la pérdida de Eduardo, y antes de siquiera enterrarlo, otro de los suyos fue arrancado de la vida de la misma manera brutal.

El sicariato, la violencia sin rostro que no distingue días ni lugares, se ensañó con ellos. En cuestión de 48 horas, los Parra-Savala pasaron de planear un funeral a enfrentar otro. De llorar por uno a desgarrarse por dos.

El destino le jugó una carta cruel a Bryan. Su despedida a Eduardo terminó siendo una despedida para todos. Sin querer, escribió su propio epitafio.