Niña de tres años murió tras atragantarse con un frijol mientras jugaba en su casa


Las cámaras captaron la desesperación de un padre que intentó salvar a su hija, pero el tráfico y los segundos en contra cambiaron el destino.

El barrio San Andrés, primer sector, en la localidad de Kennedy, fue escenario de un hecho que ha conmovido profundamente a la ciudad de Bogotá. Las cámaras de seguridad del sector registraron a un padre corriendo desesperado con su hija en brazos, intentando salvarle la vida tras un accidente doméstico que terminó en tragedia.

La pequeña, de apenas tres años, se encontraba jugando en su habitación cuando, según contó su padre Ronaldo Urzola, un fríjol que tenía en la boca se le atoró en la garganta. Lo que comenzó como un momento de diversión se transformó, en cuestión de segundos, en una emergencia.

“Ella estaba jugando en la cama, saltando, y tenía el frijol en la boca. Como que se cayó y se le quedó atorado. Ahí ya no podía respirar, ya estaba convulsionando”, relató Urzola, conmovido.

Desesperado, el padre salió a la calle buscando ayuda. Una cámara lo captó ingresando a una droguería del sector para pedir auxilio, pero ante la falta de respuesta inmediata decidió volver a salir y buscar otra alternativa.

“Un señor en carro me dijo que me montara, que me iba a llevar, pero no podía salir del trancón. Entonces me bajé y corrí hasta la vía principal a buscar una moto. Ahí un joven me ayudó y me llevó”, recordó.

La niña fue trasladada de urgencia a la Clínica del Occidente, donde los médicos intentaron reanimarla, pero lamentablemente llegó sin signos vitales.

El hecho generó indignación entre los habitantes del sector, quienes aseguran que el congestionamiento vial en la zona fue un factor que impidió una atención rápida.

“Para nosotros es muy complicado ver que no pudimos darle los primeros auxilios que la niña necesitaba. El tráfico aquí todos los días es terrible”, manifestó la representante del frente de seguridad, Gloria Ramírez.

La familia Urzola se prepara para trasladar el cuerpo de la menor a Sincelejo, su ciudad natal, donde le darán el último adiós. Para cubrir los gastos del traslado y del sepelio, los padres solicitaron apoyo económico a través del número Nequi 3125138473.

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Más allá del dolor, esta historia deja una reflexión que duele: una emergencia no espera, y a veces unos segundos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.


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