Murió por hacer su trabajo: asesinan a patrullero de 21 años en emboscada criminal


El ataque a tiros, que se investiga como parte del “plan pistola” del Clan del Golfo, ocurrió durante un control policial en una vía concurrida. Otro uniformado resultó gravemente herido. Dos extranjeros fueron capturados como sospechosos.

No les dieron tiempo de reaccionar. En horas de la noche, en una zona transitada del corregimiento de Pasacaballos, en Cartagena, dos policías fueron atacados a bala mientras realizaban controles de rutina.

El patrullero Andrés Felipe Carrillo Bayona, de 21 años, murió en el acto. También lo hizo un civil, Rufino Giraldo Polo, de 64 años, alcanzado por una bala perdida. Otro uniformado, el subintendente Jhon Jairo Evangelista Monterrozo, quedó gravemente herido.

El atentado ocurrió el domingo después de las 6:00 de la tarde en el sector conocido como La 15, cerca de una parada de buses y del establecimiento comercial El Retén. Mientras los uniformados adelantaban verificación de antecedentes a conductores, fueron emboscados por sicarios que se movilizaban en dos motocicletas.

Los agresores, encapuchados y fuertemente armados, les dispararon en repetidas ocasiones.

“Fue una ráfaga tremenda. Al principio pensamos que eran fuegos artificiales, pero después la gente empezó a correr y a gritar. Los policías no alcanzaron a sacar sus armas”, contó un vendedor informal que presenció la escena y pidió reserva de su identidad.

Las autoridades investigan si el crimen está relacionado con el llamado “plan pistola” que estaría ejecutando el Clan del Golfo, una estrategia criminal que ha dejado varios policías asesinados en distintas regiones del país.

Carrillo Bayona, el patrullero asesinado, era oriundo de Bogotá y llevaba apenas dos meses en la institución. Su compañero herido, Evangelista Monterrozo, de 31 años, natural de Cartagena, fue trasladado a un centro asistencial donde permanece bajo observación médica, en estado crítico.

El civil que murió por bala perdida
Pero el horror no se detuvo allí. La víctima civil, Rufino Giraldo, caminaba por el sector cuando quedó en medio del cruce de disparos. “Era un señor mayor que siempre pasaba por aquí. No tenía nada que ver. Una bala lo tumbó en seco”, lamentó una mujer del sector.

La reacción de las autoridades no se hizo esperar. Horas después del ataque, fueron capturados dos hombres de nacionalidad extranjera como presuntos implicados en el crimen. A los detenidos se les practicarán pruebas de absorción atómica para establecer si manipularon armas de fuego durante el atentado.

“Esto es una afrenta directa contra la Fuerza Pública y no vamos a permitir que el miedo se apodere de la ciudad”, declaró un alto mando de la Policía Metropolitana de Cartagena. También se anunció el refuerzo del pie de fuerza en la zona y la implementación de controles permanentes para dar con todos los responsables.

El ataque ha generado indignación y preocupación entre los cartageneros. “Aquí uno ya no puede caminar tranquilo. Hoy fue un policía, mañana puede ser cualquiera”, dijo un conductor de mototaxi en la zona.

La policía sigue en máxima alerta. Mientras tanto, los familiares del patrullero Carrillo y del señor Rufino esperan justicia. La violencia golpea otra vez las calles de Cartagena, dejando dolor, miedo y un mensaje claro: la guerra contra el crimen no ha terminado.


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